Mapean a referentes y actores claves de barrios vulnerables de La Matanza
Se trata de un proyecto ejecutado por la Secretaría de Medios y Comunicaciones de la y Universidad Nacional de La Matanza, a través de su Observatorio Social conjuntamente con el Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales. El trabajo de investigación busca clasificar a actores claves del territorio, identificar sus funciones y reconocer las redes sociales que estos tejen.
Agencia CTyS-UNLaM- Un proyecto de investigación del Observatorio Social, dependiente de la Secretaría de Medios y Comunicaciones de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), busca conocer a referentes y actores claves de barrios vulnerables del partido de La Matanza.
El proyecto, titulado “Actores, territorio y procesos comunitarios. Mapeo de actores clave de barrios vulnerables” estudia a actores incorporados al Programa de Intervención Comunitaria en Barrios Vulnerables (PICBV). A su vez, se propone identificar las instituciones y sectores que aseguran la viabilidad y componentes de este Programa.
Entre sus etapas, la investigación incluye la clasificación de actores, la identificación de sus funciones, el análisis cualitativo de los procesos de construcción territorial y el reconocimiento de redes sociales. En la etapa final, el equipo de estudio buscará realizar una matriz de actores, que permitirá el análisis de las diferentes variables que resultan significativas para la elaboración de propuestas de intervención acordes a los objetivos del PICBV.
Los datos obtenidos permitirán a los referentes de las organizaciones, junto al equipo de Observatorio Social de la UNLaM, formular las estrategias apropiadas que exploten las fortalezas y las oportunidades, amortigüen o protejan a la organización de amenazas externas y corrijan debilidades críticas.
Roles cruciales
El Mapeo, aseguran los investigadores, colabora para comprender el contexto social, económico y político en el cual se inserta el PICBV, para establecer prioridades y analizar tendencias.
“La participación de los actores claves es crucial para el éxito de cualquier tipo de modelo de crecimiento territorial. Contar con un proceso previo de identificación, clasificación y reconocimiento es necesario para el desarrollo de los procesos de planificación estratégica”, asegura Leonardo Battaglia, director del Observatorio Social.
Las y los actores, agrega Battaglia, fueron seleccionados a partir de criterios establecidos en la metodología diseñada, de acuerdo con su rol principal en los temas centrales del estudio.
“Se entrevistaron tanto a tomadores como tomadoras de decisión en las instancias seleccionadas, con incidencia directa en las políticas y programas de sus instituciones. También se elaboró una primera propuesta de actores y se consultaron inventarios de organizaciones e instituciones”, detalló Battaglia. En esta primera instancia, se seleccionaron los barrios 25 de mayo de González Catán y Puerta de Hierro de Isidro Casanova.
Radiografía de una realidad del territorio
El proceso de trabajo incluyó la elaboración de una ficha de relevamiento, que se aplicó durante las entrevistas a organizaciones representativas del gobierno, del sector empresarial, de la economía social, y de la sociedad civil.
“Los actores con mayor participación en las entrevistas fueron los de la sociedad civil, con un 44 por ciento, seguidos por los del Estado, con el 30. Ese instrumento, junto con la colaboración de los sujetos participantes que actúan como informantes clave, son las fuentes de información para la construcción posterior de un sociograma”, describe Battaglia.
Los sociogramas son construidos en talleres participativos, como el resultado de un proceso de interpretación negociado con los colectivos involucrados y de posteriores reuniones de “devolución” de la información producida luego de los análisis correspondientes.
“El primer Taller de Diagnóstico Organizacional Participativo se efectuó en la organización Caminito de Colores, que acompaña a familias del barrio 25 de mayo y participa del Programa de Intervención Comunitaria en Barrios Vulnerables”, ejemplifica el coordinador.
Según explican los investigadores, como la realización de un Diagnóstico Organizacional requiere de un conocimiento experto, específico y de un quehacer direccionado, el proceso debe llevarse a cabo con objetivos claros, no solo de comprensión, sino, también, de reconocimiento, de escucha activa, de recopilación de datos relevantes y de observación para su posterior tratamiento.
Las primeras conclusiones
“Este primer diagnóstico ofreció información del pasado, del presente y ayudará a proyectar un futuro, identificando las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas de las OSC estudiadas”, resalta Battaglia.
A partir de lo relevado en la experiencia participativa en la primera organización, se observaron debilidades en la identificación con el rol e identidad de la OSC. En otras palabras, se pudo observar falta de procesos de diagnóstico, planificación, gestión y sistematización que brinden una mejor programación de las acciones en pos de objetivos concretamente establecidos. Actualmente, el trabajo está especialmente centrado en la atención de emergentes derivados de las propias situaciones de vulnerabilidad de la población a la cual se acompaña.
“Al respecto, podemos decir que la organización cuenta con saberes que surgen de las prácticas diarias, familiares e internalizadas. Han logrado encontrar una vocación de servicio a la comunidad a largo de los años, resaltando la importancia de su compromiso- pone bajo la lupa Battaglia, en su análisis-. En este sentido, la confianza, el compromiso y la posibilidad de crear un proyecto se encuentra inmerso en la cultura aprendida de la organización, sin embargo, también resulta necesario un acompañamiento que encamine la madurez de su proyecto y de futuras acciones o tareas”.
Además, para el equipo de investigación, la Universidad, pensada como actor clave en el desarrollo local, posee una gran importancia en el fortalecimiento de las capacidades institucionales de las organizaciones estudiadas, porque posibilita procesos formativos, prácticas de articulación intersectorial y construcción de redes.
“Poner en valor las capacidades y sinergias de esta Casa de Altos Estudios en relación con otros actores comunitarios e instituciones de incidencia territorial es fundamental en términos de articulación estratégica, planificación de gestión y mayor incidencia en el acompañamiento de las vulneraciones presentes en la comunidad. Los actores clave entrevistados coincidieron en asignar un valor fundamental al rol de la Universidad para el desarrollo de la comunidad”, concluyó Battaglia.