“El único gran consumo que deriva en delito es el alcohol”

Usted se manifestó a favor de la despenalización del consumo de drogas. ¿Por qué?

Creo que este tema debe tratarse como un problema de salud y no como un problema penal, porque sino se lo saca del ámbito natural en el que se lo puede resolver. Por eso, estoy claramente a favor de la despenalización.

¿De cualquier tipo de drogas?

Estoy a favor de la eliminación de la prohibición al consumo de todo tipo de tóxicos. Hay uso, abuso y adicciones de todo tipo, tanto de tóxicos prohibidos como no prohibidos. La diferencia es consecuencia de un efecto paradojal de la prohibición, que estratifica el consumo, dejando la peor porquería en las clases más carenciadas. Ese es un efecto perverso de la prohibición, que agrava las consecuencias del uso, abuso y dependencia.

¿Cree que el consumo deriva en otros problemas penales?

El único consumo que deriva en gran cantidad de delitos es el alcohol. La marihuana y la cocaína raramente son capaces de producir un hecho delictivo. En las estadísticas de incidencia de tóxicos en casos de homicidio, lo que resalta claramente es el alcohol.

¿Y el paco?

El paco no es criminógeno; lo que provoca es un tremendo deterioro en la persona. El chico afectado es marginado hasta dentro de su propio barrio, pierde peso muy rápidamente y sufre lesiones pulmonares y neurológicas. Destruye a la persona, pero como factor criminógico incide muy casualmente.

Usted cuestiona el sistema tutelar y considera que los menores deben ser procesados desde los 14 años ¿Por qué?

Hoy les imponen una pena sin proceso, sólo que le llaman de otra manera. No estoy a favor de bajar la edad de imputabilidad sino de garantizar un proceso justo para los chicos.

¿Que piensa del sistema carcelario?

El principal problema que tenemos en Argentina, al igual que en toda Latinoamérica, es el predominio de presos sin condena. En promedio, el número de condenados es de menos de la mitad.

¿Y del concepto de resocialización?

En la concepción tradicional es un concepto autoritario. Hay que ofrecer, no imponer, la posibilidad de aumentar el nivel de invulnerabilidad al delito, redefiniendo la autopercepción del detenido. Si resocialización significa querer cambiar cabezas, yo tengo mis dudas. Será discutible si el estado puede cortarlas, pero de lo que estoy seguro es que no podrá cambiarlas. Y cuando nos acercamos a delitos con significación política, nos damos cuenta de lo grave y autoritario que fue ese pensamiento.

¿Cómo evalúa el sistema de justicia actual?

La justicia siempre necesita cambios porque siempre funciona mal, siempre tiene defectos. No hay un sistema ideal.

¿Y la Corte?

Somos siete ministros muy diferentes, con historias, personalidades y especialidades distintas, lo cual es interesante y es la verificación de que la imparcialidad judicial sólo se logra a través del pluralismo. No hay otra forma.

¿Cree necesario reformar el Consejo de la Magistratura?

Tengo mis dudas. Es una institución que nació mal en la Reforma Constitucional del 94 y que nunca funcionó bien. No me animo a hacer un diagnóstico. Es necesario un análisis de ingeniería institucional más específico que no está hecho.

¿Qué postura tiene en el caso Noble Herrera?

No puedo hacer declaraciones al respecto.

*Eugenio Raúl Zaffaroni es abogado y doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad del Litoral. Realizó estudios de psicología, medicina legal y se especializó en criminología. Editó y colaboró en más de veintisiete libros. Es ministro de la Corte Suprema de Justicia desde 2003.

Entrevista realizada por Javier D'Alessandro y María Laura Guevara.