“El periodismo científico siempre fue la cenicienta de los medios de comunicación”
“La Historia de la Divulgación científica en la Argentina”, escrita por la periodista Diana Cazaux, invita a reflexionar sobre la estrecha vinculación entre la política y la divulgación de la ciencia, en el seno de la vida social.
Guillermo Meliseo (Agencia CTyS) - Como tantos hechos y avances de la ciencia moderna, su libro nació como una serendipia, es decir, un hallazgo inesperado que le permitió desarrollar y estructurar su tesis doctoral. Diana Cazaux, presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico mantuvo una charla con la Agencia CTyS para explicar cómo, desde el periodismo y la investigación, se puede hacer divulgación científica.
¿Cuál es la tradición científica que guarda la Argentina en materia de Divulgación?
Nuestro país no tiene tradición científica, lo que tenemos son vocaciones, en donde el periodismo científico se diferencia del divulgador científico. La historia Argentina está íntimamente vinculada con la divulgación científica en nuestro país. Aquellos períodos donde no hubo apoyo a la ciencia, por los gobiernos, obviamente, no hubo apoyo a la divulgación científica. Entonces, como está íntimamente relacionado, a la hora de armar el libro decidí dividirlo en periodos históricos y en cada capítulo los voy interrelacionando. La divulgación científica es la comunicación que se hace por fuera de la enseñanza formal, que se puede hacer a través de un libro, a través de un museo de ciencia y tecnología, en una conferencia, todo aquello que sea divulgar o decodificar el mensaje científico tratando de popularizarlo, es hacer divulgación. Las olimpiadas y los clubs de ciencia, los paseos científicos, todo eso es divulgación. Desde el periodismo también se hace divulgación, todo hecho vinculado con la ciencia y que se hace público a través de los medios de comunicación masivos es hacer periodismo científico.
¿Es tarea del investigador hacer divulgación científica?
La forma que tienen los investigadores para ascender dentro de su carrera es a través de la publicación de sus papers. Cuantos más trabajos publican, más probabilidades tienen de ser reconocidos. Entonces, uno se pregunta, ¿para qué los investigadores van a hacer divulgación científica si no les da el reconocimiento que desean? Sin embargo, desde hace alrededor de 4 años en los formularios que confecciona el CONICET para que utilice el Comité Evaluador, que evalúa periódicamente a los científicos, se agregó el ítem Divulgación científica. Es decir, conforma una categoría de evaluación. Esto permite que los trabajos realizados mediante la divulgación científica también ayuden a que un especialista sea valorado y reconocido.
¿Cuál es el papel que juegan los medios de comunicación respecto a la divulgación científica?
El periodismo forma parte de la divulgación científica. La divulgación científica contiene una rama que es el periodismo científico. Históricamente, el periodismo científico fue la cenicienta de los medios de comunicación; nunca fue la estrella. A lo mejor, muchos diarios tienen la sección de ciencia, pero casi nunca la defienden. Pero eso es porque no vende, ni los suplementos de ciencia o tecno. Y eso de no vender significa que la gente no consume y, por lo tanto, no es redituable para el medio. Y también porque los anunciantes no quieren poner avisos en suplementos de ciencia, prefieren colocarlos en información general o en el cuerpo del diario. Entonces, ante un momento de necesidad, lo primero que se saca es la página o el suplemento de ciencia. Tal es así que empiezan a aparecer engendros. Detrás de lo que es un suplemento de ciencia es en realidad un chivo o información encubierta.
¿Qué debería hacer el periodismo con la ciencia para que una información resulte atractiva al lector?
El problema es de educación, la ciencia no es pasión de multitudes. La ciencia debería competir con el resto de la información, armándole un mecanismo atractivo como para que la gente pueda acceder a ella. Yo creo que uno puede educar a través del periodismo científico, uno puede cumplir un rol importante en la sociedad; por eso muchos medios lo toman al periodismo científico como un periodismo de servicio, porque brinda información que a la gente le será útil para toda la vida. Por ejemplo, en una pandemia de gripe se puede comunicar dónde vacunarse, cuáles son las prevenciones a tener en cuenta, etc. En cambio, el periodismo de ciencia brinda información sobre la actualidad en lo que respecta a la energía nuclear, las nuevas tecnologías, la neurociencia, etc. Es decir, para un público más especializado.
¿Qué tipo de lector te imaginabas a la hora de escribir el libro?
La verdad que no me imaginé el tipo de lector. Siempre sabía que estaba escribiendo un libro de texto. Yo creo que está destinado a la gente que le gusta leer, a los investigadores que le gustan estas temáticas, a todas las personas que les gusta la historia. La verdad que a mí no me gustaba la historia, siempre de chica la detestaba, pero de grande la conocí y es maravillosa. Porque cruza y va relacionando los hechos históricos que pasaron y cómo son un reflejo de lo que pasa en la sociedad actual, cómo influyen esos hechos históricos para que la realidad sea de una determinada manera y no de otra. Además, cuando uno hace estos recorridos por la historia del país, logra comprender perfectamente cuál es el problema de la divulgación científica. Siempre fue un problema económico. Cómo dije recién, ante una eventual crisis, lo primero que se saca es el suplemento o la página de ciencia.
¿Cómo fuiste pensando el libro?
Hace treinta años que vengo guardando información. Me armé de un archivo. La posibilidad de investigar, hacer entrevistas y participar en muchas conferencias y actividades, me ha dado mucho material, muchos contactos e información. Es un libro muy rico porque tiene muchas entrevistas informativas. Al ser la presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico me ha dado la oportunidad de instruirme y seguir conociendo. Siempre sabía qué hacer, pero no encontraba un hilo conductor que me armara un esquema. Entonces, se me ocurrió estructurar los capítulos de acuerdo con los distintos periodos de la historia en la Argentina, basándome en las presidencias y en los años de mandato.
¿Y cuándo fue el momento de esplendor del periodismo científico?
Hubo dos momentos recientes de esplendor del periodismo de ciencia en la Argentina Uno en la década del ‘80, cuando salieron los suplementos de ciencia. Todos los grandes diarios los sacaron. Otro fue en la década del ’90, cuando las grandes editoriales publicaron revistas de ciencia, como Descubrir, Conozca Más, Muy interesante, etc. que duraron un tiempo. Tuvieron una importante tirada esos años, después esa tirada decreció y luego no se la mantuvo, se ve que no conquistó al público. La que se mantuvo y actualmente está en vigencia es la conocida Muy Interesante.
¿Por qué decidiste escribir un libro sobre la historia de la divulgación científica y no sobre la historia de la ciencia o sobre el pensamiento científico en la Argentina?
Porque de historia sobre ciencia o sobre el pensamiento científico ya existe, sobre la divulgación científica, no. La historia fue así: yo estaba haciendo mi doctorado en Comunicación en la Universidad Austral y en uno de los puntos de mi proyecto de tesis aparecía, como un ítem dentro de un capítulo, la historia de la divulgación científica. Mi profesor de tesis, el doctor Pedro Luís Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras, me preguntó si estaba hecha la historia de la divulgación científica en Argentina. Yo le respondí que no, por lo que me dijo que era necesario hacerla. Este trabajo fue muy requerido por distintos investigadores, tanto de España como de Brasil.
*Diana Cazaux es Licenciada en Ciencias de la Información y Opinión por la Universidad del Museo Social Argentino. Es doctoranda en Comunicación por la Universidad Austral y ex becaria OEA/CIESPAL. Es presidente de la Asociación Iberoamericana y Argentina de Periodismo Científico y autora del libro El ADN del periodismo científico: el reportaje interpretativo, editado por el CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina).