Desarrollan un Atlas digital de los Pueblos Originarios
A través de una forma didáctica, el proyecto acerca las principales problemáticas que involucran a las comunidades indígenas. Según los integrantes del proyecto, es una herramienta clave de divulgación científica, a la vez que ayuda a derribar estereotipos presentes en la sociedad.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS)- Resulta paradójico -aunque para nada casual- que durante décadas decenas de comunidades originarias, con una riquísima historia y con una cultura tan compleja como cualquier otra, fueran reducidas a las miradas simplistas y superficiales de los manuales escolares. El mecanismo, además de invisibilizar sus problemáticas, daba lugar a todo tipo de estereotipos que eran repetidos luego por los medios y la sociedad.
Para empezar a derribar estos mitos y volver a poner en debate esta cuestión, el Programa Nacional Mapa Educativo, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación lleva adelante el Atlas de los Pueblos Indígenas, con el propósito de informar sobre los diferentes procesos sociales, históricos y políticos que han sido protagonizados por comunidades originarias.
“El objetivo es tomar una problemática y profundizar en ella, para poder entender su complejidad, y al mismo tiempo tener un abordaje territorial, ya que permite verlo desde otra perspectiva”, explica a Agencia CTyS la antropóloga María Laura Ruggiero, una de las integrantes del proyecto.
En opinión de la especialista, al estar dirigido a la comunidad educativa, el Atlas es una excelente oportunidad para acercar a los investigadores académicos a las escuelas, y de esta forma acortar distancias entre el saber universitario y el saber escolar. “La idea es realizar una introducción al tema pero sin simplificarlo, que es lo que hacen muchas veces los manuales escolares. De esta forma, es una suerte de contra espejo de estos últimos”, apunta.
Por ahora, el Atlas cuenta con tres mapas: el mapa de identidades étnicas, que permite localizar diferentes comunidades indígenas y visualizar su distribución en el territorio nacional; el mapa interactivo para la ubicación de los pueblos indígenas y el mapa de la conquista del desierto de la Pampa y Patagonia, donde se pueden observar las incursiones realizadas por los gobiernos entre 1879 y 1883.
Los orígenes del Atlas
“El Programa Nacional Mapa Educativo – explica Daniel Sticotti, su coordinador- empezó en el 2004, con un proyecto de geo-referenciación de los 70 mil establecimientos educativos del país. Para esto se contó con la ayuda de los 24 ministerios de Educación de cada una de las provincias”.
Toda la información recolectada se puso a disposición de distintos organismos públicos del país, y en simultáneo empezó a surgir la idea de un atlas educativo de la Argentina, “es decir, una serie de atlas que armen estados de situación de determinados temas y donde no cuenta sólo lo geográfico, sino que haya links hacia proyectos de investigación y bibliografías”, detalla Sticotti.
Uno de esos atlas, justamente, es el de los Pueblos Originarios. “El primer destinatario de estos atlas era originalmente la comunidad educativa, pero lentamente empezó a ser utilizado por distintos ámbitos de investigación. Desde luego, esto nos da mucha alegría”, asegura el coordinador.
¿Cómo se lleva a cabo cada mapa? “A partir de la base cartográfica – explica Ruggiero- se selecciona una problemática, se investiga sobre la misma, y se elige a un especialista para que ofrezca su testimonio. Luego, se transforma el trabajo en un material didáctico para que llegue a las escuelas y al público en general que quiera acercarse a la temática”.
Para la especialista, “siempre es una contribución el que se hable de un tema que está invisibilizado u omitido. Nos han contactado desde escuelas y universidades de todo el país para interiorizarse más sobre el Atlas. Así, se puede ir replicando en distintos ámbitos para que el tema se instale un poco más de lo que está instalado”.
Varios han sido además los aportes realizados desde la antropología para el desarrollo del Atlas, entre los que se cuentan los proyectos de investigación financiados por la Universidad de Buenos Aires a través de la extensión universitaria UBANEX y de la Secretaría de Políticas Universitarias.
La eterna lucha contra los prejuicios
Para el antropólogo Sebastián Valverde, investigador del CONICET y docente de la Facultad de Filosofìa y Letras de la UBA, iniciativas de este tipo son fundamentales para romper estereotipos presentes en la sociedad. “El hecho de que el proyecto sea apoyado por el Ministerio de Educación o el Conicet, organizaciones que históricamente han contribuido a marcar esas visiones estereotipadas, es de suma importancia”, subraya el académico.
“En la Patagonia, por ejemplo, está muy extendida la falaz idea de que los mapuches son de origen chileno. Y este concepto se sigue usando como estigma”, alerta Valverde, colaborador del proyecto.
Para el académico, este proceso de creación y consolidación de estereotipos tiene como factor decisivo el rol de los medios. “Salieron notas publicadas en algunos medios, donde se afirmaba este mito de que los mapuches eran chilenos. Desde luego, este tipo de textos influye muchísimo en la sociedad” advierte el especialista.
Logros y objetivos de un proyecto que crece
Valverde señala que, si bien la Argentina es uno de los países con menos proporción de población indígena, es sin embargo uno de los que más desarrollo tiene en cuanto a investigaciones académicas sobre la temática. “Incluso, hay grandes diferencias en cuanto a cómo se abordan los temas de estudio”, indica el científico para subrayar la importancia del proyecto.
Más aún, el Atlas, en opinión de Valverde, es clave como camino de divulgación. “Muchas veces, el problema que tenemos los científicos es cómo difundir el conocimiento, que también salga del ámbito académico. Y hemos visto el interés que despierta en las organizaciones indígenas en donde hay un trabajo articulado con las escuelas: más razón para hacer este puente con el Atlas”, especifica.
Para los próximos meses está prevista la inclusión de nuevos mapas para el Atlas: la conquista del “desierto verde”, el poblamiento del actual territorio argentino y el etnocidio de los selk’nam a comienzos del siglo XX. Además, entre los objetivos a largo plazo de los directivos del proyecto se encuentran la traducción de parte de los mapas a lenguas originarias. “Todo este trabajo se hizo con fondos públicos, y es totalmente gratuito. Nuestro mayor deseo es que sea tomado por todos, y que se multiplique”, concluye Sticotti.