"Agradecería a los que murieron por una Argentina mejor"
En 2008, tras una distinción a su trayectoria entregada por la UNLaM, el reconocido caricaturista fue entrevistado en la bienal de arte de la Universidad. Agencia CTyS, a modo de homenaje, publica esta entrevista exclusiva en la que repasó algunos de los momentos más significativos de su vida.
Buenos Aires, octubre de 2008 - Un hombre sereno, de andar lento y hablar pausado, de mirada aguda y modales prolijos. Un hombre que hoy reluce sus jóvenes 80 años. Un hombre llamado Francisco Solano López.
Si, el dibujante, aquel que creó “El Eternauta”, la que sea quizá la historieta más exitosa de toda la historia del cómic argentino. O aquel que se tuvo que ir del país, perseguido por la dictadura militar. Y aquel que volvió, y que nunca dejó de ser él mismo.
“No me arrepiento de nada. Cuando llegaron los caminos que se bifurcan, como dice Borges, pienso que no tengo nada que arrepentirme, que lo que hice hecho está”, expresa, y sus ojos vidriosos son un fiel espejo de su alma, plena de sensaciones.
“Dibujo desde los 4 años, siempre fue mi entretenimiento y mi vida”, cuenta esbozando una cálida sonrisa.
¿Cómo se transformó ese chico que amaba dibujar en un caricaturista profesional?
Todo empezó cuando tenía 18 años. Trabajaba en el banco Nación y estudiaba Derecho en la UBA. Era un desastre, me dormía sobre los libros. Ahí fue cuando un amigo me dijo que no podía ser abogado y dibujante. Eso me decidió a arrancar en esto.
Y esto le ocupo el resto de su vida, aunque resalta que nada fue fácil, y menos al principio. “Tenía que aportar dinero en casa, entonces se me hacía muy difícil, hasta que un día junté algo de plata y con esa diferencia pude dedicarme a recorrer las editoriales buscando trabajo”, narra.
Así, este imaginario viaje desembarca en sus comienzos en la editorial Abril. “Ya para el año 1955 empecé a trabajar con el guionista Julio Porta, pero la intención de ellos (los directivos de la editorial) era darme trabajo con Héctor Oesterheld”, expone.
“Con Oesterheld trabajamos un año en Abril y él luego formó Frontera, su propia editorial. Fue en ese momento cuando me propuso si quería formar parte de su equipo. En el ’57 que salieron las primeras revistas”, se explaya.
Y ahí nace “El Eternauta”…
Oesterheld me preguntó qué quería hacer: yo le dije que quería seguir con ciencia ficción, pero de forma más seria, más elaborada. Creo que él ya tenía pensado El Eternauta. El cómic fue un éxito y se convirtió en la historieta más popular de la época. Héctor puso en práctica su vocación de escritor. Le sumó a una historieta de los ‘50 el contenido de una novela. Y los dibujos le daban un toque extra, como sumarle a la literatura el cine.
La época en que terminó la primera parte de El Eternauta coincide con su primer viaje a Europa y la dictadura de Aramburu, ¿se fue por miedo?
Mi primer viaje a Europa fue por trabajo y no por política. En Europa es otro mercado, otro ingreso. Me termine volviendo a la Argentina porque no soportaba el sistema de Franco.
Habla con firmeza, seguro de lo que dice. “Tiempo después de regresar nos propusieron que sacáramos una segunda parte de El Eternauta”, dice, aunque acepta que “fueron muy diferentes”.
“De repente me vi haciendo una historieta montonera, y yo no era montonero”, expresa en un tono entre lo irónico y lo alarmado. “Siempre estuve a favor del ideal pero en contra de la lucha armada. Por eso no me agradó mucho lo que proponía Oesterheld”.
En 1976 se produce su segundo viaje a Europa, previo a la desaparición de Oesterheld. ¿Qué es lo que decidió este segundo viaje?
Yo estudie en el Liceo Militar y conocía de cerca a los militares. Intuía lo que les podía pasar a Oesterheld y a sus hijas, pero también mi hijo también militaba en Montoneros. Cuando los militares lo encarcelaron entendí que debía irme. Convencí a un general que si liberaban a mi hijo ambos nos íbamos del país: Así fue, al otro día traje dos boletos, solo de ida, y nos fuimos a Europa nuevamente.
Se fue y volvió, para seguir haciendo lo que disfruta. “Lo que más me gusta de la historieta, y del arte en general, es la posibilidad de dejar un mensaje que toque los sentimientos del destinatario”, resume.
¿Mirando hacia atrás en su vida, a quienes agradecería?
Les agradecería a los muchachos, a los jóvenes, a todos los que, quizás errando el camino, murieron por querer hacer de este país una Argentina mejor.
Entrevista realizada por Javier D'Alessandro para Universidad Nacional de La Matanza - 10 de Octubre de 2008.
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