Realizan un importante avance en la lucha contra el cáncer
Tras experimentar con ratones, desarrollaron un innovador método para tratar tumores gastrointestinales que estimula al sistema inmune sin atacar directamente a las células enfermas, con lo que se reducirían notablemente los efectos adversos de la quimioterapia. Resta experimentar en humanos.
Agencia CTyS (Javier D’Alessandro) - Un grupo de investigadores del Conicet dio un importante paso en la lucha contra el cáncer al experimentar en animales y con resultados positivos un novedoso método que, a diferencia de las terapias tradicionales, se basa en la estimulación del sistema inmune y no en el ataque directo a las células enfermas, lo que reduciría notablemente los efectos adversos de los tratamientos convencionales como la quimioterapia.
Hasta el momento, los estudios fueron realizados sobre tumores gastrointestinales (colon y páncreas) de ratones, a los que se aplicó en forma combinada ciclofosfamida y interleuquina-12, dos potentes químicos que no son tóxicos para el organismo y provocan un incremento de la capacidad de acción del sistema inmune para erradicar las células cancerÍgenas.
“Cuando encuentra células malignas, nuestro sistema inmune trata de eliminarlas, pero, a medida que se desarrolla el tumor, esa capacidad se ve disminuida por la acción de las células T reguladoras. Lo que nosotros hacemos es, mediante un tratamiento combinado, disminuir la actividad de estas células y, a la vez estimular las defensas del organismo”, explica Guillermo Mazzolini, investigador del Conicet y del Laboratorio de Terapia Génica de la Universidad Austral.
Las células T reguladoras son una sub-población especializada de linfocitos T (los responsables de coordinar el sistema de defensa) que regulan la actividad del sistema inmunitario, y evitan que éste ataque a las células propias del cuerpo. Todos los seres humanos tienen este tipo de células, aunque en ciertos casos estas tienen un funcionamiento anormal.
“En agentes con cáncer avanzado existe una sobre activación de la actividad de las T reguladoras que genera un freno de la respuesta inmunitaria de nuestro organismo para tratar de luchar contra los tumores”, expresa Mazzolini, en diálogo con la Agencia CTyS. “La ciclofosfamida disminuye la cantidad de estas células”, agrega.
Así, una vez que con la ciclofosfamida se consigue eliminar la inhibición en el sistema inmune, mediante un tratamiento de terapia génica se introducen en las células enfermas y sus concomitantes los genes de interleuquina 12, que estimulan un mayor desarrollo de esta proteína, producida naturalmente por el organismo con la función de articular a las distintas células del sistema inmune en la lucha contra los tumores.
“El sistema de defensa, cuando reconoce una sustancia extraña como podría ser un virus, una bacteria o una célula tumoral, produce interleuquina 12 que recluta a otras células del sistema inmunitario para ayudar en la erradicación de una célula infectada. Nosotros lo que hacemos es poner grandes cantidades de interleuquina 12 en el seno del tumor y en la zona de alrededor del tumor, a través de la terapia génica”, desarolla el especialista.
La terapia génica es una técnica desarrollada en los últimos años para modificar el material genético que tiene una célula del organismo, en esto caso la célula de un tumor. “Los genes no entran a las células fácilmente, sino que tienen transportadores, como si fueran los vagones de un tren que llevan el cargamento que serían los genes. Esos transportadores, se llaman vectores, y pueden ser de tipo viral o no viral”, expone el investigador.
“En nuestro caso el vagón es un vector viral porque fue construido sobre la base de un virus de la gripe, el Adenovirus, y el cargamento que lleva son los genes, en este caso, de la interleuquina 12, que introducimos en las células del tumor y en otras cercanas”, resume el especialista. De esta manera, al utilizar un virus modificado que transporta la interleuquina al tumor, se logra un efecto más localizado y menos tóxico para el resto de los tejidos.
Así, los investigadores desarrollaron un método innovador para reducir los daños colaterales de tratamientos actuales como la quimioterapia, que atacan a las células enfermas pero también dañan a las sanas, y, en este sentido, subrayan que avanzar en la implementación en humanos es factible.
“La ciclofosfamida se ha utilizado extensamente en la clínica y se la conoce, es un fármaco que se controla bien, y nosotros lo usamos a dosis bajas. La interleuqina-12, a través del adenovirus, la hemos utilizado en otros países y se la tolera bastante bien, lo que pasa es que la terapia génica es un producto caro y se requiere de buena cantidad de dinero para ensayar en los pacientes en las fases iniciales del desarrollo”, declara el investigador.
No obstante, Mazzolini reconoce a la Agencia CTyS que “a nivel nacional, los subsidios al alcance no están capacitados para semejante financiación, por lo que se hace necesario el apoyo de privados”, y agrega que, aunque a ellos les gustaría dar ese siguiente paso, “es un camino largo y no hay que crear falsas expectativas en los pacientes”. “Porque que esto haya sido un avance importante a nivel experimental, la gente no va a diposner de estos tratamientos en un futuro cercano”, remarca.
“Requiere mucho esfuerzo, mucho tiempo y también mucho dinero, por lo que tiene que quedar bien claro que si bien esto es un logro importante, las posibilidades de que lleguen al público en general son escasas. Hay que ser realista y no ilusionar a los pacientes”, subraya.
Esta investigación se desarrolla desde 2005 en conjunto por el Instituto de Genética Experimental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario y el Laboratorio de Terapia Génica de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral. El equipo está integrado por Graciela Scharovsky, Viviana Rozados y Pablo Matar del Instituto de Genética Experimental y Mariana Malvicini y Guillermo Mazzolini del Laboratorio de Terapia Génica.
El proyecto recibió premios y distinciones como el “Premio Leonardo Satz” entregado en el Congreso Franco Argentino de Inmunología, el premio a la trayectoria que la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR otorgó en su 90º aniversario y recientemente fue distinguido por la Fundación Florencio Fiorini y Lalcec con el premio a nuevos desarrollos diagnósticos y/o terapéuticos en cáncer.