El 90 por ciento de los pacientes con migraña también sufre déficit de la enzima digestiva DAO
Según un estudio de la Sociedad Internacional del Déficit de DAO, casi la totalidad de los casos de personas que padecen fuertes dolores de cabeza tiene baja actividad de una enzima digestiva conocida como Diamino Oxidasa. Identificar estos síntomas y llegar a un diagnóstico certero puede llevar mucho tiempo, ya que es una patología poco conocida, pero que se revierte con una dieta correcta.
Magalí de Diego (Agencia CTyS-UNLaM) - El déficit de DAO consiste en una patología que se caracteriza por la baja actividad de una enzima conocida como Diamino Oxidasa, localizada naturalmente en el tracto digestivo. Acorde a un reciente estudio de la Sociedad Internacional del Déficit de DAO, el 90 por ciento de los pacientes que padecen migrañas sufren esta anomalía que podría ser revertida con cambios en la dieta.
La principal función de la DAO es la eliminación de histamina. “La histamina es una sustancia que se sintetiza naturalmente en el cuerpo, pero que también puede ingresar al organismo mediante los alimentos. La DAO debe degradarla y eliminarla, pero, como su acción es baja o está disminuida, la histamina se comienza a acumular”, explicó la Licenciada en Nutrición Dana Watson en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
“Al acopiarse en el torrente sanguíneo, la histamina afecta a los tejidos. La sintomatología será distinta según donde se produzca esa acumulación. Esta variedad de síntomas, sumado a que la patología se conoce poco en el país, lleva a que las personas tarden mucho en llegar a un diagnóstico definitivo”, resaltó Watson, quien es docente del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza.
La nutricionista señaló que “los síntomas pueden incluir migrañas, problemas digestivos -que muchas veces terminan con el diagnóstico de colon irritable-, síndrome de intestino irritable por distensión abdominal, períodos de constipación e inflamación”.
A su vez, agregó: “También, aparecen expresiones a través de la piel, como la urticaria, picazones o rojeces, o en el sistema respiratorio en forma de rinitis. Además, puede evidenciarse cansancio, mareos, fibromialgia, dolor muscular y algún trastorno menstrual”.
Diagnóstico y tratamiento
Para poder realizar el diagnóstico de esta patología poco conocida, se requiere tecnología que aún no está disponible en Argentina. “Lo que se hace es mandar una muestra a España para poder estudiarla y evaluar si hay algún tipo de mutación en los genes que corresponden a esta enzima”, explicó Watson al referirse a los casos de origen genético que, si bien no se pueden revertir, pueden controlarse para evitar los síntomas.
“Si el paciente no puede acceder a este análisis, se puede hacer una dieta de exclusión para evitar aquellos alimentos que sean ricos en histamina o que promuevan su liberación en el organismo y, luego, se pasa a una etapa de provocación para ver si, al incluir dichos productos, reaparecen los síntomas”, detalló la licenciada en Nutrición.
En el caso de que el déficit sea adquirido, es decir, que se dé producto de la toma de algún tipo de medicación de manera crónica, el tratamiento podría revertir totalmente este escenario. “En ambos casos la idea es trabajar en distintas etapas mediante las cuales se van quitando alimentos con el objetivo de que la persona se sienta mejor, no tenga esos síntomas y mantenga un buen estado nutricional”, destacó Watson.
“Algunos de los alimentos a restringir son el tomate, la berenjena, los cítricos, el alcohol, los alimentos fermentados y los embutidos. También, hay otros que, si bien no son ricos en histamina, al ingerirlos, promueven su liberación, por ejemplo, frutilla, kiwi, banana, palta, chocolate, pescados grasos, alimentos ultraprocesados, frutos secos y lácteos”, enumeró la especialista.
“Como el tratamiento es exclusivamente nutricional, a través de un plan de alimentación reducido en histamina y otras aminas (incluyendo a los alimentos que desencadenan la liberación de histamina endógena), deberá ser guiado por un licenciado o licenciada en Nutrición para asegurar que no ocurran déficits nutricionales durante el proceso”, concluyó la docente de la UNLaM.