Desarrollan ovitrampa con larvicida contra el Aedes Aegypti en el plástico
El Centro de Investigación de Plagas e Insecticidas (CIPEIN-CONICET) y el INTI se unieron para desarrollar una ovitrampa que contiene un larvicida en el plástico. En ensayos de laboratorio, el dispositivo tuvo una altísima efectividad y alcanzó una durabilidad de por lo menos dos años.
Emanuel Pujol (Agencia CTyS) - La durabilidad de las ovitrampas sería un factor clave para facilitar la lucha casa por casa contra el dengue, porque estos dispositivos son muy fáciles de utilizar y no implican toxicidad para humanos ni animales.
El investigador Eduardo Zerba, director del CIPEIN-CONICET, comentó a la Agencia CTyS que “el objetivo de este proyecto es la liberación lenta de un larvicida desde el material de la ovitrampa al agua donde los mosquitos ponen sus huevos, para de esa manera detener el crecimiento de las larvas y disminuir la población de mosquitos adultos”.
Para lograr la liberación lenta del larvicida y, de esa manera, prolongar la vida útil de la ovitrampa, el CIPEIN se unió con INTI-Plásticos, donde poseen experiencia en incorporar determinados aditivos a los plásticos para que éstos adquieran cierta actividad y puedan convertirse en antimocrobianos o antioxidantes, por ejemplo.
La doctora Patricia Eisenberg, a cargo de este proyecto en INTI-Plásticos, comentó que “en este caso, se incorporó un aditivo que interfiere en el crecimiento de la larva del mosquito, para que no se transforme en adulto, y los resultados en los laboratorios CIPEIN mostraron que las ovitrampas siguen activas hasta después de dos años”.
Zerba destacó que “es una estrategia novedosa, puesto que nunca se había pensado en ubicar el larvicida dentro del plástico, para crear una trampa letal para el mosquito, y podría impulsar la lucha contra el dengue casa por casa, puesto que, con mínimos cuidados, la ovitrampa se mantiene operativa durante un tiempo prolongado y con una alta efectividad para detener el desarrollo del mosquito vector del dengue”.
Desde diciembre pasado y hasta el mes de mayo, se están evaluando 1500 ovitrampas en distintos hogares de la localidad de Caimancito, ubicada en Jujuy, donde el 90 por ciento de los mosquitos son de la especie Aedes Aegypti.
La licenciada Cecilia Lorenzo, quien también se desempeña en INTI-Plásticos, explicó que es necesario ver cómo se comportan las ovitrampas en condiciones reales, puesto que el plástico reacciona de distintas maneras según el ambiente y también será determinante la participación de la gente.
“Aun no podemos anticipar resultados, porque el ensayo recién comienza”, comentó el director del CIPEIN. Y agregó: “En marzo, podríamos tener una primera tendencia y, desde luego, esperamos aportar una innovación positiva en el control del mosquito, porque la intención es que lo invertido en investigación vuelva a la sociedad en mejoras a la calidad de vida”.
El cuidado que requiere la ovitrampa es mínimo: con que las personas se aseguren que contenga agua, continúa siendo operativa. Otra gran ventaja es que se puede beber del agua que está en contacto con el larvicida sin riesgo a intoxicarse, algo que está corroborado por la Organización Mundial de la Salud.
Ovitrampas en los hogares y tanques de agua
En INTI-Plásticos desarrollaron las ovitrampas activas en dos formatos con el mismo larvicida: una de ellas tiene una forma semejante a una maceta y es recomendable ubicarla en zonas oscuras y húmedas, donde suelen acumularse los mosquitos.
Paralelamente, diseñaron dispositivos plásticos con forma semejante a pequeños huesos planos, para poder ubicarlos dentro de contenedores o tanques de agua. La doctora Patricia Eisenberg explicó que se pueden colocar “en de tanques que operan para consumo y esto es muy importante, porque en muchas ocasiones se puede volar la tapa de los tanques y allí los mosquitos pueden ir a poner huevos”.
Lorenzo destacó que “la ventaja de haber incorporado el larvicida en el plástico es que mientras el dispositivo contenga agua se va a liberar el principio activo con una efectividad muy alta; así, ganamos en que es una liberación controlada y que perdura en el tiempo”.
En tanto, los expertos del CIPEIN-CONICET, quienes idearon el desarrollo de trampas de liberación lenta de un larvicida, poseen la experiencia para estudiar el impacto de estas ovitrampas en la población de los mosquitos, tanto en laboratorio, como ya se ha hecho durante un plazo de dos años, como en esta nueva etapa de testeo en 1500 hogares de Caimancito.
Para concretar este ensayo casa por casa, el CIPEIN cuenta con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación y de la provincia de Jujuy, como así también de los agentes de salud primarios del Caimancito y de dicha comunidad, con la que trabajan hace años en estudios de control del mosquito vector del dengue.
Burlar la hormona de crecimiento de los moquitos
Las ovitrampas poseen como producto activo larvicida al pyriproxyfen, una molécula que se mimetiza con una hormona de crecimiento de la larva e impide su crecimiento, con lo que evita que surja el mosquito adulto. Como esta hormona de crecimiento no está presente en personas ni animales, el larvicida puede estar en contacto con el agua potable.
El doctor Zerba observó que “el pyriproxyfen fue desarrollado hace tiempo por los japonenes, pero la idea nuestra fue utilizar dicha molécula de una manera novedosa: adentro del plástico y con el objetivo de que se libere al agua presente en la ovitrampa de manera lenta”.
En consecuencia, el CIPEIN se asoció con el INTI para desarrollar esta tecnología. De acuerdo a los ensayos de envejecimiento acelerado en laboratorio, estos dispositivos llegaron a mantenerse activos hasta dos años después.
Actualmente, se está tramitando la patente de las ovitrampas, cuya titularidad pertenece a las instituciones participantes. La investigadora Patricia Eisenberg mencionó que el INTI produce en planta piloto y que, más adelante, habrá que ver si es requerido transferir esta tecnología a la industria para que se pueda producir a una escala más masiva.