Museos interactivos: un paseo ideal para aprender jugando

Después de conocer Tecnópolis y sentirse como un niño al adentrarse en los secretos de la ciencia y la tecnología, la Agencia CTyS quedó tan entusiasmada que decidió ir por más. Esta vez, recorrió diferentes universidades nacionales y encontró nuevos mundos interactivos para todas las edades.

Agencia CTyS (Nadia Luna) - Bienvenidos a un mundo sólo apto para curiosos, donde el único requisito es aprender jugando. Hay atracciones para todos los gustos y edades. Para los pequeños que sueñan con ser paleontólogos y desenterrar los huesos fósiles del dinosaurio más grande que haya existido. Para los jóvenes que se entusiasman con los avances tecnológicos y quieren conocer los secretos que esconden los diminutos chips. Y para los adultos que no pudieron cumplir el deseo de ser astronautas, pero aún guardan la esperanza de viajar a cada rincón del espacio sideral.

Con motivo del éxito de Tecnópolis, la mega muestra interactiva de ciencia y tecnología que sigue atrapando a chicos y grandes, CTyS recorrió diferentes universidades nacionales en busca de otros mundos similares. Y para su grata sorpresa, encontró varios.

“Lo que diferencia a los museos interactivos de otros museos es que, más que tener objetos, tienen ideas. Los visitantes de todas las edades pueden acceder a la muestra e interactuar con los módulos”, explica a la Agencia CTyS César Osella, integrante del programa Museo Interactivo de Ciencias “PuertoCiencia”, de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).

El tour se completa con el Centro Interactivo de Ciencia y Tecnología “Abremate”, de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa); el Museo Interactivo de Ciencias “Contacto”, de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL); y el Museo interactivo de Ciencia, Tecnología y Sociedad “Imaginario”, de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).

La ciencia en escena

PuertoCiencia comenzó a gestarse a mediados de la década del ´80 pero nació en 1994. Si bien está dividido en distintas áreas temáticas, como óptica, sonido, mecánica y dispositivos solares, actualmente se está estudiando involucrar a los visitantes en cuestiones más bien interdisciplinarias, como problemas medioambientales. Pero la propuesta no termina allí.

“Hace unos años, incorporamos una obra de teatro con actores profesionales, que intentan sembrar algunas dudas con respecto a cuestiones científicas. En este momento, tenemos una obra referida al principio de Arquímedes”, cuenta Osella. “Y hemos visto con mucho asombro que los estudiantes, que a veces son difíciles de controlar, durante la obra permanecen en un silencio total”.

Las actividades del museo se completan con una muestra itinerante compuesta por módulos más pequeños y plegables, aptos para ser transportados a distintos pueblos del interior de Entre Ríos y de provincias vecinas. Además, siempre cuenta con la presencia de un guía o, de lo contrario, se prepara a algún guía del lugar.

También forman parte de PuertoCiencia varios talleres. Por ejemplo, hay uno que aborda contenidos referidos al uso de energías alternativas, con el objetivo de paliar el déficit energético mediante la construcción de cocinas y hornos solares económicos. Por último, el museo cuenta con proyectos de divulgación científica como el Equiscien, destinado a afianzar la enseñanza de la ciencia en la primaria a través de un conjunto de más de mil piezas, con el fin de aplicar conceptos físicos en el armado de artefactos que representan elementos mecánicos reales.

“Hay muchos colegios que vienen de viaje de estudio a la ciudad de Paraná y la visita al museo forma parte del paquete turístico. La reserva del turno la hacen las mismas agencias de turismo”, señala el coordinador de PuertoCiencia. El museo abre de lunes a viernes de 9 a 13 y de 15 a 19 horas, y los sábados sólo de 15 a 19. Su teléfono es (0343) 497 5078 (interno 112) y su página web: http://www.puertociencia.org.ar.

Una verdadera máquina del tiempo

Abremate surgió hace diez años y su gran atractivo es el “Camino de la Ciencia y la Tecnología a través de la Historia”, compuesto por módulos interactivos que reproducen objetos y fenómenos que se han utilizado y observado a lo largo de la historia de la Humanidad.

“Está dividido en épocas: la Antigüedad, la Edad Media, el Renacimiento, la Edad Moderna y la Contemporánea. Cada uno de los módulos implica un concepto. Por ejemplo, hay un módulo con poleas; otro que explica el magnetismo; otro, la generación eléctrica a través de un dínamo, por citar algunos”, enumera Manuel Murphy, empleado administrativo del museo.

Para que no sea solamente una atracción, sino un disparador de discusiones y de conocimiento, los guías proveen a los docentes de un cuestionario con actividades para que los chicos complementen lo aprendido durante la visita. “Lo que más les llama la atención a los chicos es la parte de física, magnetismo, electricidad y mecánica, porque pueden participar mucho más, como cuando tienen que levantar una pesa con una soga”, precisa Murphy.

Este museo también tiene su costado itinerante que va a las escuelas para recrear experimentos históricos y llevar conocimientos tecnológicos. Consta de cinco núcleos temáticos: Electricidad y electromagnetismo; Óptica y fenómenos ópticos; Energías; Biología; y Experimentos históricos.

Además, se está planteando la idea de trabajar con la comunidad a través de programas sociales. “De hecho, durante el verano, cuando los colegios no están trabajando, traemos al museo a chicos de bajos recursos que asisten a comedores escolares o colonias de verano estatales”, remarca el integrante de Abremate. El museo funciona de lunes a viernes de 8 a 18 horas para las visitas de las escuelas, y los fines de semana a partir de las 16, para el público general. El teléfono es (011) 4247 4489 y su página web: http://www.unla.edu.ar/abremate/.

El esplendor de los fósiles

Contacto es el más joven de los cuatro museos: abrió sus puertas por primera vez el 4 de septiembre de 2007. La idea surgió, en parte, debido a que la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales de la UNSL tiene un repositorio de fósiles, y necesitaban un ámbito adecuado para difundir este patrimonio cultural a la comunidad.

“La temática de los dinosaurios es una de las que más atrapa a los chicos”, destaca el doctor Félix Daniel Nieto Quintas, decano de esa Facultad. “El año pasado, por ejemplo, hicimos una muestra del Pterodaustro guiñazuii, un pterosaurio que habitó en la región, donde tuvimos la reconstrucción de sus distintas etapas”.

Las disciplinas científicas en las que está dividido el museo son aquellas que pertenecen al ámbito educativo y de investigación de la UNSL: Física, Matemática, Electrónica, Minería, Geología y Paleontología. Las salas cuentan con diferentes dispositivos experimentales como la lámpara de plasma, una esfera de cristal transparente, llena de una mezcla de ciertos gases que, al tocarla, emite rayitos de luz hacia la mano.

“También hay muestras que son itinerantes. Este año, Contacto se trasladó a la Villa de Merlo y tuvo una concurrencia importante de turistas y pobladores locales, que aprovecharon la presencia del museo para involucrarse en cuestiones científicas”, señala el Decano.

Contacto abre de lunes a viernes, de 9 a 13 horas, y los lunes también de 14 a 18. El teléfono del museo es (02652) 424 027 (interno 281) y la página web es http://museocontacto.unsl.edu.ar/index.html.

Observando el infinito y más allá

Imaginario es el único museo interactivo de la zona noroeste del Conurbano bonaerense y funciona en el partido de San Miguel desde octubre de 2003. El equipo de trabajo está constituido por graduados y estudiantes de la UNGS, tanto del área de las ciencias sociales como de ciencias naturales.

El museo tiene ocho salas temáticas permanentes, seis de las cuales están vinculadas a las ciencias naturales: Mecánica; Oscilaciones y Ondas; Electricidad; Óptica y Percepción; Fluidos; y Astronomía. En tanto, hay dos relacionadas con las ciencias sociales: Sociedad e Historia; e Historia Argentina Contemporánea.

“Los módulos más lúdicos son los que más llaman la atención. Por ejemplo, la noria, que es un módulo en el que uno se mete adentro de una rueda y camina como un hámster. Después está el generador de Van Der Graff que, cuando uno se acerca, se le paran los pelos”, relata Gladys Antúnez, coordinadora técnico-operativa del museo.

Además, hay una sala temporaria, que es un espacio destinado a diferentes exposiciones que expresan, a través del arte, diversas temáticas sociales. “También está el programa Imaginario va a la escuela. Viajamos con dos tipos de actividades. Una es ValiCiencia, que son valijas didácticas para desarrollar un laboratorio en el aula. Y la otra consiste en llevar telescopios reflectores a la noche, para observar el cielo”, agrega Antúnez.

La coordinadora cuenta que “los grupos de nivel inicial se sienten bastante cómodos con la modalidad interactiva, con hacer preguntas y participar. Los de primaria también, aunque ahí se avanza un poco más con la explicación. En cuanto a los adultos y adolescentes, en cambio, hay que incentivar un poco más la participación lúdica”. El museo funciona de lunes a viernes de 09 a 11.30 y de 14 a 16.30 horas, para las visitas de escuelas. En tanto, los sábados de 15 a 18 abre para el público general. El teléfono es (011) 4451 7924 y su portal: http://www.ungs.edu.ar/areas/museo_inicio/n//.

Saltando el desafío generacional

Los integrantes de las diferentes propuestas interactivas coinciden en que uno de los principales desafíos a la hora de explicar cuestiones científicas a los más pequeños es el lenguaje. “El lenguaje se está transformando, y esa diferencia de conceptos que tienen los chicos hoy, hace que no sea sencillo que todos comprendan lo mismo”, comenta Osella, de PuertoCiencia.

El decano de la UNSL coincide y amplía la idea. "Creo que hay una falta de familiaridad con la ciencia, en la escuela y en la familia. Y tiene que ver con la falta de preparación para mostrar los desarrollos científicos en forma clara, amena y divertida”, asegura.

Así, con sus similitudes y diferencias, los museos interactivos demuestran que son capaces de superar el desafío del lenguaje y ofrecer una buena propuesta para que los chicos aprendan jugando. Y, por qué no, los grandes también.