La supercomputadora Clementina XXI ya funciona en el Servicio Meteorológico Nacional
La supercomputadora, que se ubica entre las 100 más poderosas del mundo, ya se encuentra en funcionamiento desde el Servicio Meteorológico Nacional. Estará disponible para todo el sistema científico-tecnológico argentino y permitirá realizar pronósticos climáticos, estudios de genómica, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, entre otras aplicaciones.
Agustina Lima (Agencia CTyS-UNLaM) - La sede central del Servicio Meteorológico Nacional se llenó de emoción y orgullo: Argentina puso en marcha la supercomputadora Clementina XXI y, de esta forma, pasó a integrar el grupo selecto de países que cuentan con una máquina de esta tecnología, que se caracteriza por ser una de las 100 más poderosas del mundo.
“Clementina XXI viene a reproducir una idea de un sistema científico argentino que se pone al frente a nivel Latinoamérica. Sabemos que el progreso y el desarrollo tienen que venir de la mano del apoyo tecnológico, de infraestructura, de servicios de calidad para todos los argentinos y las argentinas”, afirmó Celeste Saulo, directora del SMN, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
Asimismo, la mandataria puntualizó: “Que esté en el Servicio Meteorológico Nacional es algo que a mi particularmente me enorgullece, habla de una reputación del organismo para poder llevar adelante el mantenimiento, la utilización y la explotación de estos recursos”.
La computadora, valuada en 1.740 millones de pesos, es cuarenta veces más poderosa que la más potente instalada hasta hoy en la Argentina, que es la que utiliza el SMN para desarrollar sus pronósticos. Permitirá realizar estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, diseño industrial, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, el modelado de sistemas complejos, la confección de pronósticos meteorológicos, entre otras utilidades.
Además, estará a disposición de toda la comunidad científica y tecnológica de la Argentina bajo la administración del Sistema Nacional de Computación de Alto Desempeño (SNCAD). Cualquier investigador o investigadora podrá presentar proyectos para utilizar tiempo de cómputo, los que serán evaluados por un comité de expertos que asignará los recursos computacionales a cada uno de ellos.
Según Saulo, Clementina XXI dará múltiples respuestas a la ciencia argentina: “Entender cómo pueden circular distintas personas en un espacio reducido, cómo se pueden diseñar nuevas ciudades, todo ese tipo de cuestiones hoy se representan a través de computadoras. Es por esto que mediante simulaciones numéricas se podrá experimentar de manera más simple y menos costosa”, señaló la experta.
La científica también se refirió a la importancia de fortalecer la ciencia argentina: “Confiamos que a esto sólo le queda crecer. Sigamos apostando a la ciencia y sigamos apostando a nuestros científicos y científicas que es la única manera de pensar en un desarrollo inclusivo para mantenernos siempre al frente para la calidad de vida de nuestros ciudadanos”.
En el acto estuvieron también presentes el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, su par de Defensa, Jorge Taiana, el secretario de Articulación Científico-Tecnológica, Juan Pablo Paz, la secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, Daniela Castro y el vicepresidente corporativo de Programación Estratégica del Banco de Desarrollo de América Latina, Christian Asinelli.
Sobre Clementina XXI
El nombre de la supercomputadora es un homenaje a “Clementina”, la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1960, gracias a la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky. Aquella antecesora funcionó durante una década desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Entre sus aspectos innovadores, se destaca que, por su tamaño y capacidad de cómputo, el equipo no puede ser refrigerado con el método tradicional de circulación de aire, sino que es enfriado utilizando agua, una técnica nueva en el país, por lo que aún debe pasar por diversas pruebas hidráulicas para asegurar su funcionamiento.
Fue adquirida en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo, implementada conjuntamente entre las carteras de Ciencia, de Defensa, el SMN y el CONICET, licitada por la empresa Lenovo y financiada por el Ministerio de Ciencia con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).