El Tratado global contra la contaminación por plástico no tuvo éxito y habrá que esperar a 2025

Los 117 países reunidos en Corea del Sur para poner un freno a la contaminación por plástico no llegaron a un acuerdo y se reunirán nuevamente el próximo año para retomar las negociaciones. El Tratado vinculante busca limitar la producción y eliminar de forma gradual el uso de productos químicos nocivos. Dialogamos con el especialista en política climática, Neil Tangri, sobre el tema.

Agustina Lima - (Agencia CTyS-UNLaM) - Fue una semana de negociación en Busan, Corea del Sur, en lo que se esperaba que fuera la reunión definitiva para aprobar el texto final del Tratado Global contra la contaminación por plástico. Sin embargo, no pudo ser: los líderes presentes no lograron ponerse de acuerdo y sólo acentuaron sus diferencias. 

Cada año, se estima que 52 millones de toneladas terminan en la basura.  Si bien existe evidencia científica de que esta cifra podría triplicarse hacia el 2060, aún el mundo se encuentra lejos de resolver la problemática. La última ronda de negociaciones del Comité Intergubernamental de Negociación dejó en evidencia una enorme grieta. De un lado, están los países a favor de limitar la producción del material. Del otro, aquellos que se niegan a establecer objetivos obligatorios y vinculantes.

En el segundo grupo se encuentran algunos de los grandes productores de petróleo y polímeros plásticos, como Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí. ¿En qué punto sí coincidieron? En volver a reunirse en la primera mitad de 2025 para discutir nuevamente sobre ejes destacados como el financiamiento, la gestión del acuerdo, el alcance del mismo y las prohibiciones que implica. 

Contaminación por plástico: un tratado que no puede esperar

Neil Tangri,  especialista en ciencia y política climática y miembro fundador de la Red Internacional GAIA (Alianza Global por Alternativas a la Incineración)  destacó la necesidad de la implementación del Tratado y la voluntad política entre las partes negociantes. “Existen soluciones, pero se necesitará una voluntad política significativa por parte de la mayoría para implementarlas”, asegura el experto, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM

La última ronda de negociaciones del Tratado Global sobre Plásticos ha sido calificada como un "fracaso" por algunos. ¿Puede ser una evaluación justa o hubo avances en áreas específicas?

Neil Tangri: Estas últimas negociaciones para el tratado sobre plásticos no logró llegar a un acuerdo, algo que no sorprende a nadie. Lo más preocupante es que hemos llegado a un punto muerto. La gran mayoría de los países quieren resolver realmente el problema del plástico, incluyendo la prohibición de químicos peligrosos, la reducción drástica de la producción de plástico y garantizar una transición justa para los recolectores de residuos y otros directamente afectados. 

Sin embargo, unos pocos países han decidido anteponer las ganancias de la industria petroquímica a todo lo demás, saboteando deliberadamente el proceso del tratado. Lo positivo es que ahora tenemos mucha más claridad y unidad de visión sobre lo que se necesita para resolver la crisis del plástico. Más de cien países están listos para avanzar con soluciones reales. Esto no era el caso hace un par de años, cuando comenzamos este proceso.

Finalmente se presentó un borrador… ¿Qué se puede destacar de este texto?

N.T.: El borrador final del presidente del comité de negociación (Luis Vayas Valdivieso), es un intento de encontrar un punto medio donde algunos países se niegan a comprometerse. Al hacerlo, se retrocede en medidas absolutamente críticas, como los controles sobre químicos peligrosos. Además, es bastante ambiguo respecto a otras medidas importantes, como qué productos serán restringidos y en qué grado, o quién asumirá los enormes costos de la transición.

¿Por qué es importante limitar la producción de plástico en lugar de solo enfocarse en su gestión?

N.T.: La ciencia ya ha establecido este punto con claridad: la contaminación por plástico comienza con la extracción de combustibles fósiles para fabricarlos y continúa en cada etapa de su ciclo de vida. Una mejor gestión de residuos es necesaria, pero no reducirá los gases de efecto invernadero, los contaminantes peligrosos del aire ni las pérdidas de microplásticos derivadas de la producción, transporte y uso. Además, la gestión de residuos nunca podrá seguir el ritmo del crecimiento en la producción de plásticos. Es como intentar vaciar una bañera con una cuchara mientras el grifo está completamente abierto. La prioridad principal es cerrar el grifo, lo que significa reducir drásticamente la producción.

¿Cuáles son las expectativas para las negociaciones globales en 2025?

N.T.: Existe una enorme voluntad política para finalizar las negociaciones con un tratado ambicioso y efectivo, pero el proceso permite que unos pocos países bloqueen todos los avances. Para finalizar un tratado, los países deberán estar dispuestos a cambiar el proceso, ya sea votando o sacando las negociaciones de las manos del PNUMA.