Una “cocina social” en favor de la inclusión
Ingenieros y químicos del INTI desarrollaron una cocina económica para personas de bajos recursos. El prototipo está siendo probado en los laboratorios de energía de ese instituto con vistas a su utilización por mil familias del Municipio chaqueño de Presidencia de La Plaza.
Gaspar Grieco (Agencia CTyS) - Muchas escenas inmortalizadas por Molina Campos muestran a gauchos alrededor del fogón, cocinando sus alimentos en el suelo. En el pueblo chaqueño de Presidencia de La Plaza, miles de familias con necesidades básicas insatisfechas siguen recurriendo a esta práctica dentro de sus casas de madera y paja, con todos los riesgos que eso implica.
Por eso, un grupo de especialistas del centro de Energía del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI-Energía) desarrolló una “cocina social”, más económica y segura, destinada a las familias de bajos recursos de esa zona chaqueña con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población y, al mismo tiempo, aprovechar los residuos de la industria maderera.
El diseño desarrollado es un prototipo de hierro pensado para el quemado de capsulas de pellets de aserrín, aunque también puede ser accionado con leña. Cuenta con una cámara primaria que quema el material y una segunda cámara en donde se produce la entrada de aire a fin de completar la combustión de gases y alquitranes para mejorar el rendimiento del artefacto y enviar el humo con un bajo nivel de contaminantes por una chimenea exterior a las casas.
“Estamos trabajando con mil familias de escasos recursos y queremos remplazar los fogones por cocinas, de tal manera de que podamos mejorar su calidad de vida. Estamos ayudando a la gente, ya que, de esta manera, puede cocinar mejor sus comidas y con un método más seguro”, explica orgulloso el Ingeniero Emilio Scozzina, director de la unidad de extensión del INTI en Resistencia, Chaco.
Según los especialistas, las cocinas sociales no sólo permitirán una cocción más adecuada de los alimentos, sino que también mejorará la seguridad de los hogares. Los fogones que hoy arden en los rincones de las casas de madera y paja pueden ocasionar incendios y afecciones pulmonares.
“Los gases que se generan adentro de la casa, las partículas y el polvo van a los pulmones de la gente que vive allí y pueden producir afecciones pulmonares, sobre todo en los más chicos”, advierte, en diálogo con la Agencia CTyS, el ingeniero Mario Ogara, director del centro de energía del INTI en Buenos Aires.
Una alternativa ecológica
Para aprovechar los residuos de la industria maderera y evitar la deforestación, los especialistas diseñaron la cocina para el quemado de pellets de aserrín. Se trata de pequeñas cápsulas muy económicas que se realizan en base a sobrantes de madera y se venden por kilogramo.
Las pequeñas cápsulas son colocadas en una especie de cajón dentro de la cocina y son arrojadas en la primera cámara, en donde se produce la llama, por medio de un “tornillo sin fin” que se acciona de manera manual.
Es importante señalar que la planta que realiza los pellets se encuentra en el Municipio de Presidencia de la Plaza y fue montada por iniciativa del INTI y el Gobierno Comunal.
“Con el pellet se están utilizando residuos de difícil quemado. Al aserrín y a la viruta, hay que pelletizarlos ya que no pueden ser usados de manera directa porque queman mal. Hay que comprimirlo para darle mayor densidad”, explica Ogara.
Por otro lado, gracias a su adecuado sistema de combustión, la cocina no emana gases tóxicos, como monóxido de carbono, y, al estar fabricada con chapas y perfiles, se enfría rápidamente luego de ser utilizada.