Los desafíos de llegar a la montaña de Marte
Un problema en el diseño de las ruedas está dificultando la llegada del rover a la montaña Sharp, el lugar donde los científicos buscarán evidencias del pasado geológico de Marte. Si bien el terreno que debe atravesar el robot presenta rocas peligrosas y arenales complejos, la misión se ha declarado con un 100 por ciento de éxito.
Guillermo Meliseo (Agencia CTyS) - El laboratorio móvil llamado Curiosity (curiosidad), que hoy cumple dos años desde que amartizó en la superficie del planeta Marte, presenta nuevos desafíos que complican la concreción de su objetivo inicial: llegar al monte Sharp para descubrir el pasado geológico y climatológico del vecino rojo. Es que, justamente, es allí donde están las piezas faltantes que les permitirán a los científicos de la NASA armar el rompecabezas final de su historia.
Los ingenieros que monitorean el trabajo diario del robot descubrieron una falla en el diseño de las ruedas, lo que dificulta su tránsito por la superficie marciana. “Cuando el vehículo comenzó a recorrer el terreno, se encontró con rocas pequeñas y filosas y sus ruedas se dañaron más rápido de lo que se esperaba. Por ello, los operadores están buscando senderos alternativos para evitar los terrenos peligrosos que se encuentran en su paso al monte”, asegura el argentino Miguel San Martín, ingeniero Aero-Espacial y uno de los responsables de la llegada de Curiosity al planeta vecino.
Sin embargo, a pesar de ese desperfecto imprevisto, el ingeniero afirmó que “con los rocas sedimentarías descubiertas en una zona llamada Yellowknife Bay, Curiosity ya cumplió con su objetivo principal, y cuando se suma los dos años de operación en Marte (que fue el tiempo mínimo estipulado por la NASA) la misión ya se puede declarar hoy en un 100 por ciento de éxito, más allá del ascenso al monte Sharp y lo que se puede descubrir o no cuando se llegue allí".
El vehículo explorador descendió el 6 de agosto de 2012 en la base del cráter Gale de 150km de diámetro, una planicie ubicada entre el borde del cráter hacia el norte y el monte Sharp, con una altura de 5,5km, hacia el sur y en el centro del cráter. Según distintas fotografías tomadas específicamente para esta misión, la montaña presenta varias capas sedimentarias de arcilla, donde cada corte representa diferentes años geológicos.
“El interés científico en dichas arcillas se basa en que, por lo general, se forman por la acción del agua y, además, porque pueden actuar como un poderoso escudo protector de los compuestos orgánicos contra la acción destructiva del medio ambiente Marciano actual”, sostuvo el ingeniero, tras agregar que “el agua y los compuestos orgánicos son importantes clave para responder la pregunta si Marte albergó vida en su pasado distante”.
Las anteriores expediciones (Spirit y Opportunity) ya habían demostrado que en Marte hubo agua estable en su pasado lejano, pero la evidencia era de un agua muy acídica y hostil para la vida. Curiosity, por otro lado, confirmó la existencia (en el pasado) de un lago de agua fresca y con una profundidad de hasta medio metro. “El agua que inundó la zona de la elipsis de descenso del rover era prácticamente potable para el hombre, con un PH muy neutral”, informó San Martín.
Si bien el objetivo original de la misión era emprender el viaje del robot directamente hacia el monte Sharp, los científicos adaptaron sus planes de acuerdo a lo que se fue observando y al desperfecto en las ruedas. “Ocurre que, a veces, en el camino los científicos observan algo interesante que les llama la atención, y deciden parar la marcha del rover para investigar y tomar muestras de, por ejemplo, una roca o suelo”, cuenta el ingeniero, tras agregar que “lo lindo que tiene esto es que hay mucha aventura científica y nunca se sabe dónde va a estar el gran descubrimiento”.