Investigadores diseñan reactores a partir de residuos reciclados para el tratamiento de aguas contaminadas
Un grupo de especialistas del Instituto de Química Aplicada a la Ingeniería (IQAI-UBA) de la Universidad de Buenos Aires diseña reactores para generar soluciones en torno al tratamiento de aguas contaminadas, producto de efluentes de diversas empresas, a través del reciclado de residuos, a bajo costo.
Agustina Lima (Agencia CTyS-UNLaM) - En el marco de un proyecto de extensión, expertos del Laboratorio de Química Ambiental y Sistemas Heterogéneos de la Facultad de Ingeniería (LaQuiSiHe-UBA) buscan la implementación de reactores de bajo costo que funcionen a modo de filtro a través de la reutilización de residuos como material absorbente para el tratamiento de aguas contaminadas con contaminantes como el arsénico.
La doctora Susana Boeykens, directora del Departamento de Química aseguró: “Nuestro principal enfoque en este momento es la contaminación producida por la presencia de metales, ya que algunos como el cobre, el plomo y el cromo, y metaloides como el arsénico son considerados un peligro para la salud pública y el ambiente”.
“Dada la importancia del reciclado y la reutilización de residuos o de malezas, y dada la problemática de la contaminación con metales, se busca una solución que brinde un aporte en ambos sentidos. Con este objetivo se prueban nuevas tecnologías con alternativas para la descontaminación de aguas”, mencionó la directora a la Agencia CTyS-UNLaM.
Asimismo, indicó que los metales tienen alta persistencia en el ambiente, ya que no son biodegradable, por lo que su amenaza se multiplica dado que pueden concentrarse en organismos de niveles tróficos inferiores -como el plancton, algunos gastrópodos y oligoquetos acuáticos y moluscos- y biomagnificarse en la cadena alimentaria. Esto tiene una implicancia directa en el ecosistema y en la salud de pobladores no expuestos directamente al agua contaminada.
Estos elementos pueden considerarse nocivos e incluso algunos son considerados como cancerígenos según la Agencia Internacional de la Investigación para el Cáncer (IARC), ya que, aún con bajos niveles de exposición a estos contaminantes podría desarrollarse la enfermedad.
Según explicó la experta, es necesario un acondicionamiento previo específico para cada tipo de material a utilizarse, mediante procedimientos económicos de lavado, secado y luego una etapa de molido y tamizado de los materiales para poder ser utilizados como rellenos en los reactores.
El proceso de remoción de los contaminantes involucra una interacción del contaminante a remover con la superficie del material de relleno del reactor, denominado proceso de adsorción, a través de reactores sustentables.
En contraposición con los métodos tradicionales de recuperación de aguas contaminadas, este proyecto llevado a cabo por los investigadores de la UBA es de bajo costo y a pequeña escala, por lo que puede facilitar el acceso a los mismos en regiones de menor desarrollo económico, en donde el agua potable no es un recurso disponible.
“El hecho de acercarles nuevas tecnologías desarrolladas para su problemática particular, como emprendedores que trabajan con sistemas de riego con agua de pozo, empresas familiares o zonas aledañas a los sectores industriales que no cuenten con agua potable, en concordancia con su alcance económico, es un aporte sustancial para su desarrollo, ya sea para la pequeña industria como para la entidad de gestión”, concluyó Boeykens.
Actualmente, la Universidad de Buenos Aires financia diversos proyectos del Instituto de Química Aplicada a la Ingeniería referidas a nuevas tecnologías para saneamiento de aguas, aplicación de procesos de retención en superficie, el uso de residuos industriales para tratamiento de aguas y el desarrollo de una metodología para el dimensionamiento de un reactor prototipo para el tratamiento de efluentes.
De la investigación también participaron los especialistas Néstor Caracciolo, Andrés Ozols, Natalia Piol, Andrea Saralegui, Daniela Tenev, Pilar Ardanza, Victoria Willson, Beca Peruilh, Camila Torre, William Villacis Oñate, Nicolás Redondo, Carolina Dickerman, Ingrid ten Hoeve y Joaquín Gómez Krawiecky pertenecientes a Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FI-UBA).
Completan el equipo de trabajo los estudiantes y tesistas de grado en Ingeniería Química, Estefanía Chamorro, Tomás López, Jesús Príncipe, Juan Vallini, Agustín Guido Colecchia, Gastón Pintos, Agustina Di Filippo, y la becaria en Ingeniería Industrial, Milagros Carrillo.