Nobel en Química: distinguen a dos científicos por una novedosa técnica para construir moléculas
Se trata de Benjamin List y David MacMillan, quienes desarrollaron una herramienta para la química orgánica que implica menos contaminación y mayor efectividad. Un investigador del CONICET analiza las implicancias y alcances de estos avances.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- El alemán Benjamin List y el estadounidense David MacMillan recibieron este miércoles el Nobel en Química 2021 por sus contribuciones con una nueva herramienta de construcción de moléculas, que genera menos contaminantes y mejoró notablemente la investigación farmacéutica.
“La técnica de la organocatálisis asimétrica se ha desarrollado a una velocidad asombrosa. Usando estas reacciones, los investigadores ahora pueden construir de manera más eficiente cualquier cosa, desde nuevos productos farmacéuticos hasta moléculas que pueden capturar la luz en las células solares”, explicó el jurado del Nobel en Estocolmo.
“Es un premio muy merecido, porque ha tenido un impacto enorme en el campo de la química. Y son dos científicos relativamente jóvenes, hay que tener en cuenta que tienen poco más de 50 años y sus primeros trabajos de este tema fueron en el 2000, aproximadamente”, destacó Rolando Spanevello, doctor en Química e investigador principal del CONICET, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
Menos metales, menos contaminaciones
Para entender el alcance de esta herramienta desarrollada por los flamantes Premios Nobel, Spanevello explica que la catálisis es un proceso donde un sustrato se transforma en otro, a partir de un reactivo. “El catalizador es ese elemento que interacciona, pero no termina siendo parte del producto final”, aclara el científico, con sede de trabajo en el Instituto de Química Rosario (CCT Rosario- CONICET).
Dentro de los catalizadores, se encuentran los metálicos y los híbridos, con un núcleo metálico, pero dentro de una molécula orgánica. “La organocatálisis implica una estructura orgánica que no tiene ningún elemento metálico. Eso es importantísimo, por ejemplo, en la industria farmacéutica, ya que, en el caso de los catalizadores metálicos, se corre el riesgo de que queden trazas de metales pesados o tóxicos, que no pueden estar en los medicamentos”, detalló Spanevello.
Al no tener estos componentes metálicos, se considera que la técnica es mucho más “amigable” con el ambiente, al no contaminar ni generar toxicidades. La técnica, además, se puede aplicar en infinidad de campos y áreas.
El otro aspecto importante de la herramienta es su impacto en cuanto a la asimetría. “Hay una propiedad de las moléculas que se llama quiralidad, que implica que un objeto no es superponible con su imagen en espejo. Las manos, por ejemplo, son quirales, porque no son superponibles: si uno pone las dos manos palma abajo, quedan los pulgares para diferentes lados”, ilustró el científico.
Con las moléculas quirales sucede lo mismo. “Cuando interaccionan en un medio biológico, una de las dos moléculas quirales encaja bien en el ‘bolsillo’ de la enzima, y la otra no puede hacerlo. Eso implica que una tenga actividad en el proceso químico y la otra, no”.
Lo que posibilita la organocatálisis asimétrica, explicó Spanevello, es favorecer el proceso de construcción de una de estas dos moléculas, para que el proceso químico tenga mucha más efectividad y mejores resultados.