Mentes latinoamericanas al servicio de la región
Esta semana tuvo su cierre la competencia científica TECNOx, que agrupó a universidades de Argentina, México, Colombia y Brasil. Los equipos presentaron proyectos que apuntan a resolver problemáticas locales. El gran objetivo es fortalecer los vínculos científicos y tecnológicos.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- ¿Qué pasa cuando científicos latinoamericanos se ponen a pensar soluciones para problemáticas latinoamericanas? La competencia científica TECNOx puede condensar muy bien la respuesta: los proyectos presentados van desde la detección rápida del dengue hasta un sensor de minas antipersona, pasando por problemas como el glifosato, el síndrome urémico hemolítico y la contaminación por mercurio.
Iniciada a mediados del año pasado, la competencia tuvo su semana de cierre en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, con las palabras del ministro de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y la presentación de todos los proyectos que participaron. Se trata de una iniciativa única, ya que incluyó a universidades de Argentina, Brasil, México y Colombia y donde los participantes eran no sólo investigadores y docentes, sino también estudiantes de grado. Cada grupo trabajó -y, en muchos casos, todavía lo hacen- en problemáticas puntuales de su entorno a partir de las herramientas de la biología sintética o las TICs, lo que posibilitaría opciones más económicas o más rápidas que las ya existentes.
Los impulsores de esta iniciativa, Alejandro Nadra e Ignacio Sánchez, son dos investigadores del CONICET y doctores en Química que participaron -con mucho éxito-en un evento similar en Estados Unidos, aunque ellos propusieron una filosofía diferente para esta competencia. "En lo posible intentamos promover la responsabilidad que tenemos los científicos para involucrarnos en el contexto en el que estamos. Es decir, estar atentos a qué herramientas tenemos para mejorar nuestro entorno”, asegura Nadra.
Ambos resaltan que, en realidad, la idea de la competencia era una excusa, ya que el objetivo final es fortalecer los vínculos científicos de la región e impulsar el desarrollo de este tipo de tecnologías al servicio de la sociedad. "Se trata de formar una red de investigadores con visión innovadora y con ganas de crear y fomentar el concepto de comunidad", subraya Sánchez. En este sentido, se espera que haya una segunda edición de TECNOx, a llevarse a cabo el próximo año en México.
Una solución para cada problema
La ceremonia de cierre de ayer incluyó también la entrega de premios y distinciones para todos los grupos. Y hasta allí se distinguió la fuerte impronta local, ya que se entregaban diplomas con la figura de aves autóctonas como el colibrí, el pingüino y el cóndor, que representan el nivel de avance de cada proyecto.
Además, se entregaron premiaciones según diversos rubros: así, el grupo de Brasil, que trabajó en la biorremediación de mercurio, fue distinguido por el arraigo de su proyecto con la comunidad; el de la Facultad de Agronomía de la UBA, que busca desarrollar un detector de glifosato, fue destacado por el trabajo en comunidad y la colaboración; y el de la Universidad Nacional de San Martín, que trabaja en el diseño de un biofilm para estructuras sumergidas, recibió la distinción por el entusiasmo y el contagio científico. Otros proyectos incluyen el desarrollo de una curita inteligente, un biosensor para detectar melatonina y un dispositivo para identificar flúor en el agua.
"Estamos muy contentos con esta experiencia, es importante incentivar este tipo de competencias entre estudiantes universitarios porque son las bases que asientan el comienzo de la construcción real de la ciencia latinoamericana", asegura Brenda Guzovsky, licenciada en Ciencias Biológicas e instructora del equipo que busca desarrollar un sensor económico, portátil y de fácil uso de Dengue. El proyecto recibió la distinción en el rubro "Relevancia Social".
"Esta experiencia generó una forma de trabajo y una organización distinta, porque era individualizar un problema primero y generar después una solución precisa. En ese sentido fue una gran innovación", destaca Javier Santos, uno de los instructores del grupo que busca detectar de manera fácil y económica la bacteria que produce el Síndrome Urémico Hemolítico y que también fue distinguido por el jurado. Cuestiones como el trabajo interdisciplinario y la posibilidad de que estudiantes de grado participen de forma activa en los proyectos también fueron destacadas por los investigadores.
En paralelo con el evento de cierre de TECNOx se llevó a cabo el workshop del CELFI (Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria), “Interdisciplina aplicada y tecnologías disruptivas para Latinoamérica”, donde diversos especialistas expusieron sobre problemáticas puntuales del diálogo multidisciplinario, el impacto de las nuevas tecnologías y la democratización de conocimientos.