Mapean el estado ambiental de la cuenca Matanza-Riachuelo
Un equipo del Instituto de Medio Ambiente de la UNLaM realiza un diagnóstico ambiental en 37 sitios distribuidos por la parte alta, media y baja de la cuenca. Del proyecto, participan médicos, trabajadores sociales, economistas, biólogos y geólogos, entre otros especialistas.
(Agencia CTyS-UNLaM) - Un grupo de investigadores del Instituto de Medio Ambiente de la UNLaM realizó un estudio ambiental integral de la cuenca Matanza-Riachuelo. “Buscamos, en una primera instancia, dar cuenta del estado del territorio desde un análisis del agua, del suelo y del aire, para luego cruzar esos datos con otras variables sobre la salud de la población, que nos permitan dar un panorama de la situación ambiental que contemple múltiples perspectivas”, señaló el Director del Instituto de Medio Ambiente, Mariano Jäger.
La investigación, realizada bajo la órbita del Observatorio Ambiental del Instituto, busca trazar una cartografía que permita evaluar las políticas ambientales que gobiernan en cada porción del territorio estudiado y, posteriormente,ofrecer líneas de acción en relación a los diversos factores contaminantes presentes y a otras problemáticas que dificultan el acceso a un ambiente sano.
Cada punto muestreado, cada “círculo” en el mapa, evalúa diversos indicadores ecológicos y sociológicos sobre un área de 3,13 kilómetros cuadrados. De los 37 sitios, 22 se ubican en la cuenca alta, 14 en la cuenca media y uno en la cuenca baja, cubriendo en total alrededor de 118,94 kilómetros cuadrados.
El equipo se encuentra en plena compilación y evaluación de los datos colectados. En una próxima etapa, buscarán recabar información histórica sobre la situación ambiental de esos sitios, las acciones gubernamentales y las políticas aplicadas para, después, dar un diagnóstico de esas estrategias.
Entre otros factores, evaluarán las acciones de saneamiento de aguas por efluentes industriales y de limpieza de basurales a cielo abierto, como así también el control de plagas de roedores, el monitoreo de algas y otras poblaciones biológicas presentes en los ríos.
“Nos parece importante poder tratar a los problemas ambientales desde su complejidad, establecer causas con aspectos estructurales y con cómo se planifica el territorio”, concluyó Jäger.