La primera vacuna contra la diarrea bovina es argentina
Se presentó hoy en sociedad. Fue el resultado de 13 años de trabajo conjunto entre investigadores del INTA y un laboratorio veterinario nacional. Se trata de la primera vacuna para bovinos que se produce mediante células de insectos contra este virus.
Por Magalí de Diego (Agencia CTyS-UNLaM) - El virus de la Diarrea Viral Bovina (VDVB) suele provocar pérdidas que superan los 100 millones de dólares al año en la producción ganadera nacional debido a cuadros diarreicos, problemas reproductivos que desembocan en abortos y una baja transitoria de las defensas en los animales.
“La vacuna representa una solución sanitaria a un problema de salud animal que tiene alta incidencia en los rodeos de cría y en los tambos argentinos. Es un producto muy competitivo que tiene posibilidad de expansión hacia todo el mundo”, destacó el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Etchevehere, en la presentación de Vedevax Block, la primera vacuna recombinante contra el virus de la Diarrea Viral Bovina.
Poco contagioso, pero sumamente letal, el virus de la Diarrea Viral Bovina no tenía tratamiento efectivo hasta el momento y sólo se podían controlar la diarrea y las infecciones secundarias que provocaba. Pero tras 13 años de intensas investigaciones y trabajo conjunto entre una institución pública y un laboratorio nacional, se logró la vacuna que hoy se lanzó al mercado.
“Al principio era un proyecto demasiado desafiante. Nadie en el mundo había hecho esto ni se había puesto a invertir por ese lado, había que jugarse. Lo iniciamos en el Instituto de Virología del INTA, con Vetanco que confió en nosotros y juntos logramos Vedevax “, dijo Andrés Wigdorovitz, Director Científico de Bionnovo, empresa creada por ese organismo y el laboratorio, con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Vedevax es la primera vacuna para bovinos que se produce mediante células de insectos. La gran diferencia es que, hasta ahora, todos los desarrollos que se vendían en el país se fabricaban con virus inactivados.
“En este caso, para que crezca el virus se tiene que infectar células bovinas y después cosecharlo para inactivarlo. Pero, como las cantidades son insuficientes, se debe concentrar, lo que produce que también se puedan aumentar las células de bovino, hecho que generaría autoinmunidad en los animales”, explica a Agencia CTyS-UNLaM Andrés Wigdorovitz, director científico de Bioinnovo, coordinador de IncuInta e investigador principal de CONICET.
Frente a este cuadro, el equipo pensó en alternativas para no tener que generar el virus en su totalidad y así fue cómo desarrollaron solo una parte: la proteína E2. Para generarla, había que buscar algún ser vivo que la elabore y en el que se pueda multiplicar. Fue por eso que eligieron un virus de insecto que, además, aporta la ventaja de no poder infectar a ningún mamífero, incluso si hubiese una filtración.
“Una vez que se obtiene la proteína, la tuneamos agregándole un pedacito de una secuencia de anticuerpo que tiende a buscar al sistema inmune, lo que la hace más eficiente para combatir el virus”, detalla el investigador quien agrega que “de este modo tiene una doble ventaja: primero por ser recombinante, ya que se genera en otro sistema, y segundo, es direccionada puntualmente al sistema inmunológico”.
Wigdorovitz sostiene que, sin dudas, la vacunación es la forma de combatir este problema porque el costo es muy bajo en función de los beneficios que puede brindar. Por último, destaca que “esta vacuna se hizo con investigadores argentinos que hicieron sus tesis doctorales, por lo que su desarrollo permitió formar personas, publicar, patentar y generar un producto con valor.