La NASA descubrió una nueva forma de vida en la tierra
El hallazgo de bacterias que viven en arsénico abre un nuevo capítulo en la búsqueda de seres vivos en otros planetas.
Investigadores de la NASA encontraron bacterias que viven en arsénico, un descubrimiento que impactará en la búsqueda de formas de vida extraterrestre.
El descubrimiento, anunciado hoy en una rueda de prensa, fue precedido por intensas especulaciones sobre la posibilidad de que la agencia estadounidense anunciara que había hallado vida extraterrestre.
El hallazgo de esta bacteria provocará cambios en la forma de búsqueda de vida en el espacio exterior, que hasta ahora esta restringida a las atmósferas que contenían los elementos químicos capaces de albergarla.
Los seres vivos hasta ahora conocidos se componen principalmente de seis elementos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo, que conforman los ácidos nucleicos, las proteínas y los lípidos.
Lo que este descubrimiento aporta que es posible, teóricamente, que algunos otros elementos de la tabla periódica puedan cumplir las mismas funciones.
Los investigadores hallaron en las aguas tóxicas del Lago Mono, en California, Estados Unidos, una bacteria de la familia Halomonadaceae que puede sustituir completamente el fósforo con arsénico, y lo incorpora a su ácido desoxirribonucleico (ADN).
Los científicos de la NASA explican que esto abre la posibilidad de que existan formas de vida en otros planetas que no tienen este elemento en la atmósfera.
El arsénico es sumamente tóxico para los organismos vivos hasta ahora conocidos, porque trastorna los procesos metabólicos aunque, desde el punto de vista químico, se comporta de manera similar al fosfato.
Los investigadores de la agencia espacial cultivaron la bacteria, que crece y se multiplica cómodamente en el medio tóxico, en platos petri en los que se reemplazó gradualmente la sal de fosfato por arsénico.
El proceso continuó hasta que las bacterias crecieron sin necesidad de fosfato, un elemento esencial en la construcción de varias macromoléculas presentes en todas las células, incluidos los ácidos nucleicos.
Los científicos usaron trazadores de radio para seguir muy de cerca la senda del arsénico en la bacteria, desde la ingestión del químico hasta su incorporación en varios componentes celulares.
Así determinaron que el arsénico había reemplazado completamente al fósforo en las moléculas de la bacteria hasta su ADN mismo.
No obstante, la forma en que el arsénico se introduce en la estructura de las biomoléculas no está clara, y no se conocen los mecanismos por los cuales operan tales moléculas, según señalaron los investigadores.
“El trueque de uno de los elementos biológicos mayores puede tener un significado evolutivo y geoquímico profundo", concluyen.