La Luz y la Ciencia, en el Festival de libros
Las influencias de la luz sobre la salud, su importancia en la ambientación y los fenómenos de percepción a la hora de identificar los colores fueron algunas de las temáticas que investigadores del CONICET expusieron en la Feria del Libro.
Agencia CTyS- Seguramente, lector, no habrá permanecido ajeno al debate mundial (gentileza de la globalización y las redes sociales) que se preguntaba si el famoso vestido era azul y negro o dorado y blanco. Pero, ¿alguna vez se imaginó que algo tan trivial y de la vida cotidiana podría convertirse en punto de partida para una charla de divulgación científica?
El estudio de la percepción de los colores fue uno de los temas que investigadores del Instituto de Investigación en Luz, Ambiente y Visión (Universidad Nacional de Tucumán-CONICET) llevaron a la presente edición de la Feria del Libro, que coincide además con el Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz.
Así, el doctor Andrés Martín, investigador de este Instituto, no dudó en calificar la viralizada foto del vestido como una “imagen científica”. “Tiene algo de fortuito, porque inesperadamente surgió una foto que dividió en dos grandes grupos las opiniones y obligó a los científicos a intervenir. Lo primero que hay que decir al respecto es que no hay una forma de ver bien o ver mal, en todo caso son distintas percepciones del color”, aclaró el académico.
Luego de refutar varias hipótesis que trataban de explicar la divergencia de opiniones sobre el color de vestido –como por ejemplo, que incidía el estado de ánimo del observador-, Martín hizo un repaso por distintas imágenes con ilusión óptica (ver fotos) para explicar cómo el cerebro le daba cierto “orden” a las imágenes que recibía y cómo el contexto incidía de directamente no sólo en la forma sino en los colores que se percibían. Este último punto, para el académico, resultaba clave a la hora de analizar los colores del vestido.
El científico, además, señaló que actualmente se trabaja en dos grandes líneas de investigación sobre la percepción. Una es la estimación y descuento de iluminante, la cual asume que “cuando alguien observa una escena no sólo percibe el color de los objetos sino que también da cuenta de la coloración de la iluminación. A partir de estos dos datos, se construye la imagen”. Sin embargo, Martín aclaró que no siempre hay éxito en identificar el color de la luz.
La otra línea es la estadística de imágenes naturales, la cual se basa en el hecho de que la percepción de los colores depende de un aprendizaje que se hace con imágenes naturales. “A partir de esta experiencia, el cerebro almacena una estadística de imágenes naturales y, por lo tanto, toda una serie de colores”, cerró el experto.
Efectos en la salud y en el ánimo
La doctora Graciela Tonello, por su parte, explicó en su disertación los efectos que la luz tiene en nuestro organismo a nivel celular y a nivel psicológico. “Tan importante como el período de luminosidad es el período de oscuridad, por eso es tan perjudicial para la salud usar dispositivos electrónicos hasta altas horas de la noche”, alertó.
Luego de explicar que el fenómeno de la luz en cuanto a radiación comprende no sólo el espectro visible para el ojo humano, sino también a la radiación infrarroja y a la luz ultravioleta, la experta explicó que, después de la comida, la luz es el principal sincronizador de nuestras actividades fisiológicas.
“La mala utilización de la luz puede afectar a nuestro ritmo circadiano, que, como su nombre lo indica, dura alrededor de 24 horas y es donde se expresa el tan mencionado ‘reloj biológico’” apuntó Tonello.
“El cuerpo produce ciertas hormonas que le dicen a nuestro organismo si es de día o de noche. Por ejemplo, la melatonina es una hormona inductora del sueño, que es segregada por el cuerpo cuando cae la luz. En cambio, cuando amanece, comienza la producción del cortisol, hormona que nos ayuda a funcionar de día”, completó la investigadora.
Tonello, además, recomendó una oscuridad completa para un mejor descanso y una iluminación artificial eficaz y saludable para los hogares y espacios de trabajo, tema retomado luego por su colega Jesús Obando Aguirre, investigador de la UNT y del CONICET que realizó un breve recorrido histórico por la iluminación artificial, desde las lámparas de aceite hasta las actuales lámparas LED.
En su charla, Obando Aguirre expuso distintos trabajos de iluminación de obras de arte en museos y de obras arquitectónicas y de cómo cada estilo para iluminar podía incidir en el ánimo y generar distintos tipos de sensaciones, de acuerdo a si se utilizaba luz fría o luz cálida o de acuerdo a la disposición de los focos.
La importancia de divulgar
Consultado por la Agencia CTyS, Andrés Martín no dudó en calificar positivamente la iniciativa del CONICET- en este caso, a través del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr)- de generar este tipo de espacios para que los investigadores interactúen con el público.
“Sin duda, la publicación de artículos académicos es muy importante. Pero creo que el impacto en la sociedad en la que estamos insertos es mucho mayor a través de este tipo de actividades”, subrayó Martín, quien además señaló que, en dichas charlas, el desafío para los investigadores es hacer un discurso entendible y al mismo tiempo atractivo.
En otro sentido, el investigador destacó la gran circulación de oyentes durante las actividades, sobre todo en un momento en que el vínculo entre el científico y el público “todavía está en plena reconstrucción”, como indicó Martín. “Sin duda, la ciencia, como dimensión cultural, debe ser potenciada y los científicos tenemos un rol clave en ese sentido” concluyó.