“La creatividad es una habilidad, cualquiera puede aprenderla”
Luego de la reciente publicación de su libro Ágilmente, el reconocido doctor en Biología Molecular, divulgador científico y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, dialogó con la Agencia CTyS acerca de la posibilidad de ser más creativos y de los avances en la comprensión del funcionamiento del cerebro.
Gaspar Grieco (Agencia CTyS) - Desde una gambeta en el potrero, hasta los prototipos tecnológicos más avanzados. Todo requiere de creatividad. Pero esta habilidad demanda disciplina y entrenamiento. Estanislao Bachrach, docente de la cátedra de Liderazgo e Innovación, enseña a estimular la actitud creativa de sus alumnos y aporta sus ideas en empresas innovadoras. Además, trabajó con el plantel de River Plate en el último tramo de su paso por la Primera B Nacional.
¿Cómo se produce el proceso creativo?
La creatividad aparece cuando uno tiene una idea que tiene cierto valor y es nueva. Ese proceso es difícil porque, por lo general, pensamos muy parecido o lo mismo. Es más fácil para el cerebro porque gasta poca energía. Está estudiado que pensamos 65 mil cosas por día y el 95 por ciento son pensamientos iguales a los de ayer y mañana. Entonces, la creatividad sería cómo bajar ese 95 por ciento. El proceso creativo, si uno ve los grandes creativos de la historia, siempre fue, en principio, producir muchas ideas y después elegir algunas buenas.
Entonces, ¿Qué aconsejarías para que seamos más creativos?
Hay que generar muchas ideas absteniéndose de criticarlas de antemano. Cuando uno tiene un desafío, algo que se quiera resolver de manera creativa, hay que tratar de llegar a resolver ese problema desde otro lugar. Entonces, una de las cosas que se enseñan es cómo tratar un problema desde el denominado conceptual blending, la mezcla de conceptos.
En el libro se menciona que los chicos son más creativos. ¿Esto se produce porque en edades tempranas hay una mayor mezcla de conceptos?
Claro, ellos no tienen esos patrones tan rígidos, porque esos patrones se empiezan a hacer fuertes en la escuela, entonces pueden mezclar la cuchara con el cepillo de dientes, el astronauta con la pileta, etc.
Lo que es interesante desde el punto de vista científico es que hasta hace algunos años se pensaba que si uno ya tenía esos patrones era muy difícil de modificar. Hoy, se sabe que se pueden cambiar, buscar nuevas alternativas, tenga la edad que tenga.
Por lo general pensamos que la creatividad es una categoría innata…
En ese sentido hay dos grandes temas: uno es que hay gente que es así y a eso la ciencia lo llama talento, tal persona es talentosa para algo. Como Messi o Nadal. La otra parte, es que la creatividad, desde el punto de vista de la neurociencia, es una habilidad, esto quiere decir que uno puede aprenderla, mejorarla.
La creatividad requiere disciplina, entrenamiento, pero no compararse con el otro. No importa si mi compañero lo hace mejor, lo importante es poder mejorar esa habilidad.
En el libro se menciona que en la escuela se enseña a pensar de una manera reproductiva, clasificando todo en lugares diferentes y no estimula el proceso creativo ¿Vos proponés algún tipo de enseñanza diferente?
No, yo no soy experto en educación. Me puedo imaginar otro tipo de escuela donde haya un poco más de balance entre el desarrollo del hemisferio izquierdo, donde se aloja lo lógico y lo analítico, y el hemisferio derecho, que nos hace ser más creativos.
Por otro lado, no sé si sería bueno desarrollar más el hemisferio derecho que el izquierdo, porque la sociedad sigue pidiendo más lógica que creatividad. Lo que sucede es que ahora muchas empresas piden gente creativa, entonces, está muy bien ser lógicamente bueno en lo que hacés, pero tener la otra chispa es lo que te hace diferente a los demás.
¿Cómo trabajan las empresas que tratan de estimular la creatividad de los empleados?
Tienen de consultores a neurocientíficos que les ayudan a mostrarles cómo sus empleados pueden desarrollar más esa habilidad llamada creatividad.
Entonces, les hacen ver que si sus empleados están mal pagos, no tiene breaks, trabajan en un mal ambiente, entre otras cosas, no van a ser nunca más creativos. Van generando espacios, recursos y momentos para estimular la habilidad creativa de los empleados. Y los empleados funcionan mucho mejor porque son más productivos. La creatividad surge del cerebro calmo.
Entonces, tu consejo es estar más calmo….
Sí. Es un consejo un poco mentiroso, porque sé que vivimos en una sociedad donde es muy difícil estar más calmo, pero es la única forma. En los experimentos con resonancia magnética nuclear está demostrado. Los momentos creativos de la gente son los momentos en que la mente está en alfa; estos son los momentos de relax. Por eso, la gente tiene más revelaciones en el colectivo, en la ducha, en el auto o en las vacaciones, cuando el cerebro está más tranquilo. Hay que encontrar esos espacios y cuando se tiene una idea anotarla, para que no se olvide después.
Vos en el libro planteás que no hay que juzgar a las ideas que surgen de antemano. ¿Pero no es la crítica la que dispara, justamente, nuevas ideas?
Hay que hacer eso después, porque si vos te empezás a criticar, generás pocas ideas. Vos tenés que generar 500 ideas y después las criticás. El ejemplo más claro es Picasso: él agarraba el pincel y pintaba sin parar, lo que le salía. Tenía muchos cuadros. Después se criticaba y se quedaba con lo mejor que había hecho o los mejoraba. Entonces, cuando se comienza no hay que criticarse, porque así llegás a lo mismo de siempre, a lo conocido.
En el libro se menciona el proceso de la entropía, en donde el cerebro se reserva de una gran cantidad de energía y por eso pensamos siempre de la misma manera ¿Cómo se produce ese proceso neuronal?
El cerebro humano se empezó a desarrollar hace 100 mil años, cuando apareció el córtex y, finalmente, el córtex prefrontal, que está alojado debajo de la frente. En ese momento vivíamos en África, éramos de 200 a 2.000 y vivíamos en constante peligro. Los que sobrevivieron fueron aquellos que tuvieron la capacidad, al azar, por mutación genética, de conservar energía. Entonces, si aparecía un leopardo, podían salir corriendo. Esa energía guardada le servía en caso de urgencia.
De ese momento hasta ahora, el cerebro no cambió mucho; tenemos la tendencia a estar guardando energía. Eso se opone a la creatividad, que es la búsqueda, gastar energía en generar cosas nuevas. Entonces, por un lado, necesitamos guardar energía por una posible urgencia y, por el otro, necesitamos salir a explorar para expandirnos como especie y mejorar.
En el libro se menciona que tenemos tres cerebros: uno de reptil, uno de ardilla y otro de mono ¿Cómo es eso?
Big Bang, agua, bacterias, algas, peces, el pez sale del agua y se transforma en un reptil. Ese reptil tiene neuronas, algunos se convierten en mamíferos. Cuando evoluciona tiene el cerebro de reptil y arriba se le desarrolla el cerebro de mamífero, pero el de reptil le queda. Esos mamíferos se hicieron monos y luego homo sapiens, entonces, arriba del cerebro de reptil se desarrolló el córtex que nos hizo humanos; tenemos los tres.
La presión, el latido del corazón, el funcionamiento de los pulmones y que los órganos se muevan involuntariamente es controlado por las neuronas que tenemos de reptil.
Las grandes decisiones de la vida son emocionales, esas son las neuronas del mamífero.
El córtex está más asociado con la lógica, con el lenguaje, con lo más humano, que nos hace distintos. Pero seguimos siendo mucho más emocionales que racionales. Aun tenemos mucho más de animal que de humano.
¿Se pueden evitar los impasses o bloqueos mentales?
Lo más fácil para evitar los impasses es no tratando de focalizar aquello que querés resolver. Cuando te encasillás y querés resolverlo se genera ansiedad y la ansiedad baja el nivel de dopamina que es necesaria para generar ideas creativas. Entonces, cuando te bloqueás, lo mejor es que te vayas. Te levantás, respirás, caminás un poco, llamás a alguien que te haga reír, tomás o comés algo y te calmás. Te tratás de olvidar y te aseguro que tu cerebro va a funcionar.
¿Cómo trabajaste con el plantel de River Plate antes de su reciente ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino?
Trabajé en tres temas fundamentales, fue lo que me pidió Almeyda: confianza, concentración y trabajo en equipo.
Hicimos que reflexionen diciendo: “somos un equipo, nos va a ir bien, todos contamos con todos”, etc. Porque los jugadores estaban tan vapuleados que todos trataban de cuidarse a sí mismos. Hicimos desafíos y ejercicios que los resolvían entre todos, si había uno que fallaba el equipo no andaba. Todos los ejercicios lo resolvieron y eso les generó confianza.
Y con respecto a la concentración, es imposible estar concentrado 90 minutos, entonces la idea fue dividir el partido en áreas de concentración de acuerdo al lugar en donde está la pelota. Y lo que más trabajamos fue el estrés, la presión. Porque los estaban presionando de todos lados.
Estanislao Bachrach es doctor en Biología Molecular por la UBA. Realizó su tesis doctoral en la Universidad de Montpellier en Francia. Posee una Maestría en Dirección de Empresas de la Universidad Torcuato Di Tella, donde hoy se desempeña como profesor de Liderazgo e Innovación. Enseñó e investigó durante cinco años en la Universidad de Harvard donde sus estudiantes le otorgaron el Certificate of Distinction in Teaching Biological Sciences cuatro años consecutivos y lo nominaron al prestigioso Joseph R. Levenson Memorial Teaching Prize. Publicó once trabajos científicos en revistas de alto impacto internacional, colaboró en varios libros y tiene una columna semanal en el programa radial Perros de la calle en FM Metro 95.1.