Gran rescate de megamamíferos tras la campaña paleontológica en La Matanza
Investigadores del CONICET y alumnos de la UNLP realizaron la primera campaña paleontológica en el distrito más populoso del país. Avanzan los estudios para determinar la antigüedad de los fósiles.
Agencia CTyS (Emanuel Pujol) - Mastodontes, perezosos gigantes, gliptodontes, toxodontes... Todos ellos habitaron la región en donde se asientan, actualmente, más de dos millones de matanceros.
También anduvieron por estos pagos tigres diente de sable, zorros, camélidos y pumas, así como pequeñas aves y reptiles. Sus restos fueron encontrados en una tosquera ubicada en la localidad de Virrey del Pino, donde aparecen nuevos ejemplares semana tras semana.
Científicos de la División Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata comenzaron con el estudio de los fósiles hallados, a través de la comparación con colecciones de referencia.
La investigación se encuentra “en pañales” y es muy temprano para determinar, con precisión, hace cuánto tiempo dichos megamamíferos habitaron la zona de La Matanza.
Subsuelo de Buenos Aires
Hasta hoy, se realizaron pocos estudios sobre la fauna que vivía en la zona noreste de Buenos Aires, y, en esta cantera, se encontraron numerosos restos fósiles que aportarán valiosa información paleontológica.
“Concretamente, a la biozona la definimos como un paquete sedimentario caracterizado por un determinado tipo de fósiles”, señaló el director de la División Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata, Eduardo P. Tonni, a la Agencia CTyS.
Debido a ello, es elemental sustraer los fósiles con un buen control estratigráfico, labor que realizaron los paleontólogos y geólogos que participaron de la primera campaña paleontológica en La Matanza, en julio de este año.
La tosquera ofrece permanentemente nuevos restos óseos. Por ello, hay un trabajo de campo permanente en la cantera, en continuidad con lo hecho en julio, cuando paleontólogos de la Universidad Nacional de La Plata tomaron muestras para realizar estudios de termoluminiscencia y magnetoestratigrafía, los cuales permitirán establecer las antigüedades absolutas y relativas, respectivamente, de los restos encontrados.
El doctor Leopoldo Soibelzon, investigador del CONICET y director científico del repositorio Carlos Rusconi, afirmó a la Agencia CTyS que, “con la información que tomamos y seguiremos tomando, determinaremos a qué momento del tiempo pertenecen estos fósiles”.
“Estamos pendientes de los resultados de los estudios de datación absoluta, que mandamos a realizar en la Universidad de San Pablo, en Brasil, mientras que, en el Museo de La Plata, comenzamos a comparar los fósiles encontrados en La Matanza con colecciones de referencia”, agregó el doctor L. Soibelzon.
Un buen control estratigráfico es elemental para poder definir los fósiles que están vinculados a un determinado paquete sedimentario. Una vez realizado este trabajo, es posible iniciar correlaciones estratigráficas entre zonas relativamente cercanas.
“Si yo encuentro un conjunto sedimentario en La Matanza y, luego, también lo encuentro en el territorio bonaerense, ubicado quizás a 200 kilómetros, pero es el mismo fósil, yo puedo determinar que la edad relativa del sedimento que encuentro hoy en La Matanza es la misma que la de los restos encontrados a 200 kilómetros”, explicó Eduardo P. Tonni a la Agencia CTyS.
Mientras que el estudio de los fósiles permite establecer antigüedades relativas, hay métodos modernos de datación que ofrecen la antigüedad absoluta de un fósil o de un sedimento.
Es por ello que los investigadores que realizaron la campaña en Virrey del Pino, en julio pasado, tomaron muestras para realizar estudios de termoluminisencia, el cual determina hace cuánto tiempo un resto sedimentario no recibió luz y, por ende, hace cuánto tiempo quedó allí depositado.
En tanto, el análisis del paleomagnetismo otorga una antigüedad relativa. Ocurre que, en el transcurso del tiempo, el campo magnético terrestre sufre fluctuaciones considerables e, incluso, inversiones de la polaridad. Pues bien, esto es observable en ciertos minerales, que actúan como pequeñas brújulas hacia el polo magnético que hayan tenido.
Se sabe que la última inversión se produjo hace unos 780 mil años, razón por la cual, si las muestras tomadas en la cantera de Virrey del Pino respondieran al polo de atracción actual, lo más posible es que tengan una antigüedad menor.
Si fueran anteriores a la inversión (conocida como límite Brunhes-Matuyama), no podrían pertenecer, por ejemplo, al piso Bonaerense, el cual se ubica desde los 400 mil años de antigüedad hasta los 130 mil años alejados del presente.
Parte del equipo que participó de la primera campaña paleontológica en La Matanza, también estuvo realizando tareas de rescate en el CEAMSE de San Miguel. Allí, justamente, se realizaron estudios de paleomagnetismo y pudo determinarse que los fósiles encontrados pertenecían al piso Ensenadense.
El doctor Esteban Soibelzon, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata, destacó la importancia de los rescates comenzados hace unos diez años en la zona noreste de Buenos Aires.
“Las tareas de rescate se realizaron en canteras de San Pedro, Baradero, Ramallo y San Miguel. Ahora, es muy importante lo que nos aporte la tosquera de La Matanza”, aseguró el científico.
Esteban Soibelzon, quien describió en su tesis doctoral el subsuelo de la región sudeste de la Provincia, aseguró que “el hecho de estudiar en La Matanza es muy importante para el estudio general de la región noreste, porque no se tiene conocimiento de la fauna del subsuelo de este sector de Buenos Aires”.
Aun es muy temprano para definir la antigüedad de los restos que fueron hallados y que seguirán apareciendo en el distrito más populoso del país. Lo cierto es que los megamamíferos se extinguieron hace aproximadamente unos diez mil años, fenómeno en el que tuvo una importante participación el hombre, que llegó al sur del continente hace unos 14 mil años atrás.
De todas formas, no hay que pensar al hombre como un gran asesino. “En el trabajo de campo, es muy difícil encontrar un megamamífero que tenga marcas de haber sido predado por el hombre”, señaló Leopoldo Soibelzon.
Alberto Cione, Eduardo Tonni y Leopoldo Soibelzon publicaron, en 2003, las causas conjuntas que determinaron la desaparición de especies que llegaban a pesar 15 mil kilos y, hoy, son muy difíciles de imaginar.
La tosquera da pruebas de que han estado en el distrito más populoso de Argentina. Hay que esperar unos meses para saber hace cuántos miles o centenares de miles de años.
Visita a la tosquera
David Piazza, responsable del Grupo Proteccionista de Fósiles de La Matanza (integrado por vecinos interesados en la Paleontología), invitó a la Agencia CTyS a realizar una recorrida por la cantera de Virrey del Pino. Allí, en unas pocas horas, es posible observar una enorme cantidad de restos óseos.
También, rastros de rescates realizados en semanas anteriores. El doctor Esteban Soibelzon destacó la frecuencia con la que aparecen, por ejemplo, mastodontes: “Por lo general, es muy difícil encontrar un elefante pero, aquí, ya hemos hallado varios”.
En el subsuelo de La Matanza también se encuentran glosoterios, que son parientes gigantes de los actuales perezosos; toxodontes, que son animales parecidos, por su aspecto, a los hipopótamos; gliptodontes, de aspecto similar al armadillo; tigres dientes de sable y muchas especies más, entre ellas, microvertebrados y reptiles, como así también moluscos que hablan de que pudo haber un lago en ese sector.
Permanentemente, David Piazza lleva nuevas piezas al Museo de La Plata, las cuales serán devueltas, tras su identificación y estudio, al repositorio ubicado dentro del Museo Histórico Municipal Juan Manuel de Rosas, ubicado en Herrera y Colastiné, a la altura del kilómetro 40,200 de la Ruta 3, en Virrey del Pino.
Todo parece indicar que el distrito más populoso de Argentina fue un lugar atractivo para el asentamiento de individuos desde tiempos inmemoriales. Ahora, la ciencia trabaja para conocer sobre su prehistoria.