Alertan por la baja de polinizadores y su consecuencia para la biodiversidad
Se trata de especies como abejas, mariposas y hasta aves, que posibilitan la reproducción de especies nativas y de muchos cultivos. El mal manejo de la tierra, el uso de agroquímicos y el cambio climático, advierten los expertos, genera la destrucción de estas especies, provocando graves efectos en los cultivos, en la producción de miel y hasta en prácticas culturales tradicionales.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- Los polinizadores son especies claves en el mantenimiento de la biodiversidad: al alimentarse del néctar de las flores, transportan el polen entre ellas, permitiendo que se reproduzcan y, así, generen frutos. Si bien se los suele identificar con las abejas, lo cierto es que el grupo de polinizadores también incluye a mariposas, murciélagos, escarabajos, moscas y hasta aves, como los colibríes.
El problema, desde hace varios años, es que el número de polinizadores es cada vez más bajo. En un reciente estudio internacional, del que participaron investigadores de diversas disciplinas, se evaluaron las causas y consecuencias de la merma de estas especies, con graves efectos en distintos ámbitos.
“El escenario es muy crítico. La tasa de destrucción de biodiversidad es cada vez mayor, por la expansión de la frontera agropecuaria y por el aumento de uso de agroquímicos, entre otros factores. Es un panorama complejo donde disminuye la cantidad de especies en general y de polinizadores, como las abejas, en particular”, alertó a la Agencia CTyS-UNLaM Lucas Garibaldi, investigador principal del CONICET y uno de los autores del estudio.
Ya en 2016, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES, por su sigla en inglés) había publicado un informe sobre polinización, donde destacaban las causas directas de la disminución de polinizadores. Allí, aparecían factores como el mal manejo de la tierra, el uso de pesticidas, el cambio climático, especies exóticas invasoras y organismos genéticamente modificados, entre otros.
“Son causas que no solo están íntimamente ligadas, sino que, además, se terminan potenciando entre ellas. A nivel local, por ejemplo, tenemos, en muchas zonas, monocultivo de soja, lo que deriva en paisajes más homogéneos y con sistemas muy dependientes de insumos externos”, analizó Garibaldi.
El investigador también señaló que los agroquímicos y pesticidas, diseñados para matar insectos y malezas de cultivos, también afectan a otras especies, como las especies con flores de las que se alimentan. Es decir, los polinizadores terminan siendo impactados de forma directa e indirecta.
Efectos a nivel natural y cultural
La baja de polinizadores, alertan los especialistas, no es gratuita. Las consecuencias van desde la inestabilidad en el rendimiento de cultivos y las mermas en la producción de miel hasta la reducción en la disponibilidad de frutos silvestres, la pérdida de diversidad de plantas silvestres y la pérdida de formas de vida o prácticas culturales tradicionales, en donde los polinizadores juegan un papel esencial.
“Es tan grande la influencia de los polinizadores que no solo su baja produce un impacto en la calidad de los alimentos, a nivel nutricional. También la polinización de plantas medicinales depende de estas especies”, ejemplificó Garibaldi, quien, además, remarcó la importancia de los hábitats a nivel cultural.
“Proteger los hábitats de polinizadores tiene un impacto mental positivo para las personas, porque son espacios de recreación, tanto las ciudades como ambientes rurales. De hecho, la diversidad de polinizadores es un indicador de qué tan saludable es el ambiente para los seres humanos”, explicó el investigador, doctor en Ciencias Agropecuarias.
El desafío, para Garibaldi, es buscar formas alternativas de producción, que sean rentables pero que también promuevan la biodiversidad de organismos. “El desafío es incorporar lo que se denomina conocimiento ecológico en la producción agropecuaria, para fortalecer y respetar el rol de la biodiversidad”, subrayó.
Miradas complementarias para una problemática global
Para Leonardo Galetto, investigador superior del CONICET y también autor del estudio, este tipo de iniciativas son importantes por lo que significa el cruce interdisciplinario. “Se trata de ver a los problemas con una metodología nueva, sumando la mirada de las ciencias sociales, que analizan la complejidad de estos escenarios. En estos problemas socio-ambientales se vuelve crucial sumar nuevas lecturas y metodologías”, destacó, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
En la misma línea, Galetto explicó que, si bien cada investigador trabaja desde su disciplina sobre estos problemas, “cuando se produce este diálogo en este tipo de encuentros, cobra importancia la mirada que se desarrolla en distintos continentes, a partir de distintos enfoques y perspectivas. La resolución de problemas complejos, como la pérdida de polinizadores, necesita de esta integración ya que te das cuenta de que todavía falta desarrollar conocimiento para resolver los impactos de las prácticas actuales sobre la biodiversidad”.
Galetto, junto a otros investigadores que participaron de estudios similares, realizaron informes tanto para Naciones Unidas -a ser utilizados por los tomadores de decisiones-, como para el Ministerio de Ambiente y de Agricultura de la Nación. “Tuvimos buena recepción, sumado a debates por la Ley de Fomento a la Agroecología y otras iniciativas, en búsqueda de brindar conocimiento para proteger la biodiversidad. Pero todavía queda un largo camino por recorrer”, concluyó.