Acuicultura: la alternativa productiva que llega a las aulas
La Universidad Nacional de San Martín ofrecerá la carrera de Ingeniería en Acuicultura, un espacio de formación orientado a impulsar este sector industrial de escasa explotación local pero de promisorio futuro como reemplazo de la extracción pesquera tradicional.
Carolina Vespasiano (Agencia CTyS-UNLaM) Según un informe de la FAO, Argentina es un territorio con gran potencial para producción acuícola, pero uno de los que menos la desarrolla en toda América Latina. En una época en la que la extracción pesquera comienza a declinar su rentabilidad, el Estado argentino se sube a la ola mundial y apuesta al cultivo de especies acuáticas, comenzando por el principio: formando recursos humanos capacitados.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, trazó las directivas para crear una carrera de grado de Ingeniería orientada a la Acuicultura, que se llevará a cabo en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB–INTECH) sede Chascomús, dependiente de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). El objetivo será cubrir esta área de vacancia que precisa no solo de tecnologías específicas, sino de recursos humanos especializados.
En diálogo con Agencia CTyS-UNLaM, el director del laboratorio de Ictiofisiología y Acuicultura del IIB-INTECH, Gustavo Somoza, explicó de qué se trata esta producción y cuáles son los desafíos proyectados para el sector, en un contexto donde los resultados de la pesca extractiva alertan sobre la merma sostenida de poblaciones naturales de productos marinos.
“La acuicultura es cultivo o la producción de organismos que se desarrollan en el agua, desde peces hasta moluscos, crustáceos o algas, en diferentes sistemas de producción: extensivos, intensivos e integrados”, explica.
Los sistemas extensivos son aquellos que se emplean en grandes cuerpos de agua, que permiten un contacto de la especie con el medioambiente, del cual obtiene la alimentación. Estos requieren poca intervención del productor y, en términos económicos, se considera, en principio, menos rentable que el sistema intensivo.
En tanto, los sistemas intensivos precisan el desarrollo de estructuras específicas para cada modelo de producción, además de una continua profundización en el conocimiento de las especies y de una consecuente capacitación de profesionales. Modelo comparable a la lógica de los feedlots, en los que prima la búsqueda de rentabilidad por medio del engorde intensivo de ganado.
Ambos sistemas –extensivos e intensivos- pueden ser, además, integrados o multitróficos, donde la especie producida se cría en un ambiente en el que cohabita con otros organismos, como plantas acuáticas y moluscos, que actúan filtrando desechos orgánicos. Se trata de una variante más en la que se puede materializar la acuicultura que, en Argentina, tiene como principales protagonistas al pacú en el norte, la trucha arco iris en sur y el pejerrey en la provincia de Buenos Aires.
Somoza apunta que esta actividad consta de tres patas fundamentales en las que se busca promover el desarrollo de distintos aspectos tecnológicos local: la producción de huevos fecundados, el aspecto sanitario durante la cría y la cobertura de las necesidades nutricionales de las especies en cada etapa de su vida, así como también el desarrollo de construcción de instalaciones.
En esa línea, sostiene que la meta de una carrera de grado orientada a la acuicultura radica en tener un dominio integral de las diversas técnicas y brindar un impulso a este sector que todavía es incipiente en el territorio argentino, pero que, en países vecinos como Chile, alcanzó estándares de producción de salmón que lo posicionaron en segundo lugar a escala internacional.
“La idea –precisa el especialista- es darles diferentes esquemas de producción a los estudiantes para que conozcan la parte de ingeniería, en la que aprendan a manejar cada estructura con sus características particulares, como en el caso de la cría de salmón en pleno mar, que requieren que el medio ambiente no las dañe y que los predadores no se acerquen a buscar comida”.
El plan de estudios todavía se encuentra a la espera de aprobación y proyecta una carrera de cinco años de duración, en los que se capacitará a los estudiantes en manejo y gestión de sistemas productivos, innovación tecnológica, investigación y aplicación de conocimientos en biotecnología, docencia y divulgación científica. Será la primera carrera de estas características en el país.