Fronteras que se abren y se conectan: un encuentro internacional de biociencias en Argentina
El simposio “Fronteras en Biociencias 4”, organizado por el IBioBA CONICET-Max Planck, reunió a más de 30 disertantes argentinos y alemanes, más las conferencias de un Nobel de Medicina y autoridades de la prestigiosa Sociedad Max Planck de Alemania. El evento abarcó temas y líneas de investigación de la biología, las neurociencias, la inmunología y la fisiología de plantas, entre otros campos.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- Con la ciencia, se sabe, nada es de un día para el otro: hay que respetar tiempos y procesos para empezar a ver -y disfrutar- alguno de los frutos. De manera análoga perfecta, con las políticas científicas ocurre exactamente lo mismo…y si se trascienden fronteras y culturas, más fascinantes parecen los resultados.
Parte de estos conceptos, que a veces parecen tan abstractos, se pudieron ver materializados en el simposio internacional “Frontiers in Bioscience 4”, organizado por el Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA, CONICET-Partner Max Planck) y que reunió en el Centro Cultural de la Ciencia a 30 disertantes argentinos y alemanes, incluyendo al Premio Nobel de Medicina Edwin Neher. Se trató, además, de una actividad académica de posgrado y difusión científica del IBioBA, realizada en el marco del Proyecto Biomedicina FOCEM del Mercosur.
“Estamos hablando de un evento que cubrió muy diversas áreas de la ciencia, principalmente de la biomedicina, pero también de otros campos como fisiología de plantas, biología estructural y celular, neurociencias e inmunología, entre otras. Y estuvo organizado de modo tal de que logramos poner en conjunto y favorecer la interacción de investigadores locales de distintas áreas de la Argentina e investigadores de la sociedad Max Planck de Alemania”, subrayó, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM, el doctor Damián Refojo, director del IBioBA e investigador del CONICET.
Para entender los alcances de un evento tan trascendental -y en tiempos en los que, desde algunos sectores se intenta cuestionar la importancia de que el Estado apoye a la ciencia y la tecnología- basta fijarse en algunos aspectos. En primer lugar, que se trata del cuarto Simposio organizado por el IBioBA, todos ellos con fuerte presencia de investigadores de la Sociedad Max Planck (acaso una de las más importantes del mundo en materia de ciencia).
Y, en segundo lugar, porque la existencia misma del IBioBA, emplazado en el Polo Científico Tecnológico, obedece a una firma de convenio entre el CONICET y la sociedad de investigación alemana, allá por 2007. Este hecho, justamente, fue recapitulado por Eduardo Arzt, fundador y ex director del instituto, en la ceremonia inaugural del evento, donde repasó la historia de las ediciones anteriores del Simposio y de los vínculos con la Sociedad Max Planck.
“Este tipo de encuentros, sin duda alguna, fortalecen los lazos de cooperación entre nuestro Instituto y la Max Planck”, resaltó, al tiempo que destacó que, desde la primera edición, decenas de directores y directoras de la Sociedad participaron de estos encuentros, “estrechando lazos con investigadores y becarios de nuestro y otros institutos, así como con autoridades del CONICET”.
Herbert Jäckle, ex vicepresidente de la Sociedad científica alemana, por su parte, ponderó especialmente la amistad con el IBioBA, “que hace posible la colaboración durante todos estos años, y la realización de estos encuentros científicos que fortalecen los valores de la Max Planck”, mientras que Peter Neven, encargado de Negocios de la Embajada de la República Federal de Alemania, se refirió al vínculo histórico entre Argentina y Alemania y sostuvo que “ciencia y cooperación importan, es clave seguir aportando para que esta colaboración científica siga profundizándose”.
Daniel Filmus, actual ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, se refirió a la importancia de sostener políticas de estado a largo plazo y ser consecuente apoyando a la ciencia a largo plazo: “Es inimaginable que la ciencia básica sea útil para el mercado, que pueda ser privatizada, no imaginamos un país sin ciencia”, aseguró.
Asimismo, Filmus, quien fue parte de las primeras reuniones con la Max Planck -bajo el gobierno del por entonces presidente Néstor Kirchner y, en ese momento, en su rol de ministro de Educación y Ciencia de la Nación- agradeció al Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires porque su construcción, aseguró, fue la piedra angular para la realización posterior de todo el Polo Científico Tecnológico.
Fronteras de ideas y de conocimiento que se encuentran
Las actividades del Simposio habían comenzado el miércoles con las sesiones de microbiología, ecología y plasticidad celular. Entre los disertantes, estuvieron Amy Austin, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura de la UBA, y Lucas Garibaldi, también científico del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Río Negro.
Austin disertó sobre el impacto humano en el ciclo del carbono en los ecosistemas terrestres. “Esto es muy importante porque nosotros estamos muy interesados en los controles sobre los ciclos de carbono, es decir, como entra y sale carbono de los ecosistemas, y qué impacto tienen los seres humanos sobre todo este movimiento, que es importante sobre todo para conocer los efectos sobre el cambio climático”, ponderó la experta, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
La exposición de Garibaldi, en tanto, trató de cómo generar sistemas productivos en el agro, que estén basados en la biodiversidad y que sean tanto productivos como diversos, con especial atención en el ambiente. “Estos encuentros son fundamentales, donde profesionales de distintas disciplinas nos podemos conectar, entender. Se arman sinergias impresionantes, entre distintas disciplinas. Es todo muy motivante”, celebró el investigador, en diálogo con este medio.
El cierre del primer día tuvo como hito la conferencia “Plasticidad sináptica a corto plazo: electrofisiología y mecanismos moleculares”, dictada por el Premio Nobel de Medicina 1991 Erwin Neher, integrante del Instituto Max Planck de Ciencias Multidisciplinarias, Gotinga. La disertación estuvo moderada, además, por investigador del CONICET Francisco Barrantes, con sede de trabajo en la Universidad Católica Argentina, de Buenos Aires (BIOMED, CONICET-UCA, Buenos Aires).
La segunda jornada estuvo compuesta por sesiones de neurobiología, donde se destacaron, entre otras, las ponencias de Refojo, director del IBioBA, y de la doctora Elisabet Binder, directora del Instituto Max Planck de Psiquiatría. Binder, además de ofrecer un completo panorama en torno a las enfermedades como depresión y ansiedad a nivel mundial, expuso sobre el uso de organoides cerebrales para mapear el impacto del estrés prenatal en el desarrollo del cerebro.
“Hay una creciente investigación en la ciencia internacional sobre el estrés y es muy importante, porque nuestras sociedades cambian constantemente y están surgiendo entornos cada vez más estresantes”, subrayó Binder, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
También hubo tiempo para una sesión de biología molecular y celular, donde la vicepresidenta de la Sociedad Max Planck e integrante del Instituto Max Planck de Inmunobiología y Epigenética de Friburgo, Asifa Akhtar, expuso sobre “Múltiples facetas de la regulación epigenética por el complejo MSL: del cromosoma X al síndrome del neurodesarrollo”.
El jueves finalizó con la disertación del doctor Moritz Helmstaedter, miembro del Instituto Max Planck para la Investigación del Cerebro, Frankfurt, quien ofreció una conferencia sobre las funciones, alcances y proyectos de investigación en las redes del cerebro. El viernes, en tanto, fue el turno de las sesiones sobre biología estructural y microbiología y biología de plantas, mientras que Stefan Kaufmann, del Instituto Max Planck de Biología de Infecciones de Berlín, hizo la conferencia de cierre del Simposio, disertando sobre “Vacunación contra la tuberculosis: lecciones del pasado, pensamientos para el futuro”.
Desde el IBioBA, y a través del FOCEM (Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur), se otorgaron 50 becas de traslado y alojamiento para que puedan participar estudiantes del interior y del Mercosur (Uruguay, Bariloche, Ushuaia, Mendoza, Córdoba, Rosario, Bahía Blanca, Chascomús, entre otras ciudades).