Un avance histórico pero con sabor agridulce: qué dejó la COP 27
La Cumbre sobre Cambio Climático, organizada por la ONU, concluyó con un gran logro para la región latinoamericana: se trata de la creación de un fondo que destinará recursos económicos para abordar los daños y pérdidas en los países más vulnerables. Sin embargo, no hubo éxito ni consensos a la hora de avanzar en materia de reducción de emisiones ni en el uso de combustibles fósiles.
Agustina Lima - (Agencia CTyS-UNLaM) - Este domingo finalizó la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), entre avances históricos y falta de acuerdos: si bien se anunció la creación de un Programa de reparación destinado a la financiación de daños y pérdidas en los países más afectados -una deuda pendiente para América Latina- lo cierto es que no hubo avances sobre la mitigación del cambio climático ni en la reducción del uso de combustibles fósiles.
Para Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA e investigador principal del CONICET, “hay países que son más culpables del cambio climático, en tanto son más emisores. Es muy importante que en esta COP se haya debatido si estos países del Norte Global -como son Estados Unidos, China y parte de Europa- tienen que asumir responsabilidades como financiar a aquellos países que sufren las consecuencias del calentamiento global y no tienen capacidad financiera para abordarlo”.
Consultado por la Agencia CTyS-UNLaM, el especialista aseguró: “El daño y la pérdida es el gran síntoma del cambio climático y la única solución es adaptarnos, lo que siempre implica una inversión de dinero. Está bien en este tipo de eventos poner sobre la mesa cuáles son las consecuencias del cambio climático y quiénes deben hacerse cargo. Es necesario dejar de lado la retórica para pasar a la acción.”.
“La mayor expectativa cuando comenzó esta COP fue lograr que la negociación girara en torno a lograr algún tipo de ayuda financiera para los sectores más vulnerables, menos emisores y con menos recursos económicos, que son América Latina y el continente africano”, agregó el investigador.
En este sentido, según el experto, el mundo debe replantearse los patrones de consumo de energía, que son una de las causales de las emisiones. “Por un lado hay que mitigar; si bien Argentina es responsable de un mínimo porcentaje del calentamiento global a nivel mundial, es bueno que de todas formas colabore en la mitigación. También hay que frenar la deforestación de bosques nativos y no seguir avanzando sobre los ecosistemas naturales”, subrayó.
Peri, quien participó como coautor del capítulo 12 del último informe sobre vulnerabilidad del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), afirmó a la Agencia CTyS-UNLaM que “hay una probabilidad superior al 50 por ciento que el calentamiento global alcance o supere el 1,5°C en el corto plazo es decir, el periodo desde este año 2022 al 2040, incluso en los escenarios de bajas emisiones”.
Asimismo, el ingeniero mencionó que el impacto, en el caso de América Central y del Sur, se ve amplificado respecto a otros lugares del mundo debido a la pobreza, el crecimiento poblacional, el cambio de uso del suelo y principalmente la deforestación de bosque nativos para convertirlos en cultivo, lo que conlleva la pérdida de biodiversidad, de suelos, muchas veces impulsado por la dependencia de las economías locales de los commodities.
Además, el promedio en Latinoamérica de las personas expuestas al peligro de incendio fue entre 1 y 26 días adicionales a lo que era el periodo anterior, es decir, la frecuencia de incendio aumentó. Lo mismo sucede respecto de las inundaciones y el derretimiento de los glaciares en los Andes, así como también en el cambio de la distribución de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, zika y chikungunya, que son cada vez más frecuentes en el sur del continente por el aumento de temperatura.
Argentina estuvo presente en Egipto
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a través de su secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini, presentó en Egipto dos documentos de política climática. El primero de ellos es el Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático a 2030, el cual incluye seis estrategias para realizar una transición energética federal y 250 acciones para reducir emisiones y adaptarse a los impactos ya presentes del cambio climático.
“Los documentos presentados son un gran avance, un gran paso. A nivel local, se está tratando de mejorar los números. Por ejemplo, este año se pudo cuantificar el contenido de carbono de todos los suelos de los bosques de todo el país, que son aproximadamente 48 millones de hectáreas. Esto antes no contaba en el inventario nacional de gases de efecto invernadero y es importante que figuren”, afirmó Peri.
En este sentido, según el especialista, es necesario resaltar la importancia de detectar en el territorio las zonas más vulnerables, para confeccionar un plan de inversiones que de acuerdo a la capacidad financiera nacional se pueda abordar desde la ciencia y la tecnología y así lograr soluciones, complementados con una acción internacional.
“Por ejemplo, toda la producción agropecuaria de los oasis en Mendoza/San Juan, que depende del agua de la cordillera, se va a ver afectada y ponen en riesgo el sistema productivo de viñedos. Entonces, esa zona es más vulnerable que otras y tener un mapa de vulnerabilidad al cambio climático permite priorizar el financiamiento para la adaptación al cambio climático, que es una acción necesaria, de lo contrario, vamos a pagar las consecuencias”, finalizó Peri.