Un biomusical científico: de los laboratorios a las tablas
La vida y obra de Christiane Dosne de Pasqualini, destacada investigadora y primera mujer en ingresar a la Academia Nacional de Medicina, es llevada al escenario en un unipersonal creado y protagonizado por su nieta, Belén Pasqualini.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- ¿Por donde arrancar esta historia? ¿Por una científica francesa criada en Canadá que se convirtió en la primera mujer en tener su sitial en la Academia Nacional de Medicina Argentina? ¿O por una actriz que decidió llevar la vida y obra de esta investigadora a las tablas, en un original unipersonal?
Tal vez el inicio para ambas sea Christiane. Un bio-musical científico. La obra, creada e interpretada por la artista Belén Pasqualini, cuenta la historia de una doctora en Medicina Experimental que trabajó junto al Premio Nobel en Medicina, Bernardo Houssay, y que se convirtió en una referente ineludible en el campo del cáncer. Claro que el detalle de esta historia es que la científica en cuestión es Christiane Dosne de Pasqualini…abuela paterna de Belén.
“La admiré y la admiro mucho, es una mujer sumamente ejemplar- cuenta la nieta, con una amplia y prestigiosa trayectoria en el escenario-. Es positiva, apasionada por el trabajo, que siempre va para adelante. Rompió muchos esquemas, por su condición de mujer”.
En el unipersonal, Belén se vale de canciones de propia autoría y de su dramaturgia para construir la figura de Christiane no sólo como científica sino también como mujer, esposa, madre y abuela. “La idea de hacer esta obra nace un poco a partir de la autobiografía que ella hace en 2007, con la excusa de acompañar a mi abuelo que estaba enfermo”, rememora.
A la enorme voracidad lectora que el matrimonio tenía se le sumó una prolija colección de cartas que Christiane le enviaba a su madre desde Argentina, y que esta le devolvió poco antes de su casamiento. “Era una caja enorme con toda la correspondencia ordenada cronológicamente y a partir de la lectura y los recuerdos empieza a recordar toda su historia”, cuenta Belén. El libro se publicó con el nombre de Quise lo que hice.
“La idea era, a partir de toda su carrera y su trayectoria, hacerle un homenaje y que ese homenaje fuera en vida. Y también tratar de contar cómo piensa un científico en aspectos personales, como el amor”, asegura.
A lo largo de la obra se relata los inicios científicos de Christiane en Canadá, junto al reconocido fisiólogo y médico canadiense Hans Selye; su decisión de tomar una beca para venir a investigar a Argentina junto a Bernardo Houssay; su vida social, cómo conoció al amor de su vida y cómo combinaba sus responsabilidades de madre con el trabajo en el laboratorio.
Claro que la selección y recorte del material a contar no fue nada fácil. “Muchas de las anécdotas que aparecen en la obra se las escuché miles de veces en los almuerzos de los domingos, por lo que sentí que tenían que estar sí o sí. Los datos científicos están sacados de su autobiografía. Y sin querer, la obra se vuelve pedagógica, didáctica, porque tiene su costado de divulgación científica”, asegura.
Párrafo aparte merece una “oda al ratón”, donde Belén pone en música el amor y el respeto que su abuela mantiene por los ratones, a pesar de ser objeto de sus experimentos. “Recuerdo que a los 15 años fui a la Academia a ver cómo trabajaba mi abuela. Y lo que recuerdo es ver como abría el ratón, levantaba la epidermis, analizaba sus intestinos…esa es la imagen que tengo de mi abuela trabajando. Todo hecho con muchísimo respeto”.
El trabajo y continuos esfuerzos en investigación hicieron que Christiane terminara perdiendo su olfato. “Por eso en la obra se dice que investigar un poco es perder el olfato. Pero el objetivo mayor que ella perseguía era entender por qué algo que crece dentro de nosotros nos mata, por qué una célula buena se convierte en una célula mala”.
Si bien Christiane no vio la obra -aunque sí la leyó-, Belén destaca la reacción del público con el unipersonal. “Me llegó mucha gente agradeciéndome porque salían con mucha vitalidad de la obra, que sentían que contagiaba vida, y la paradoja es que se trata de una persona que hoy tiene 97 años- resalta Belén, feliz-. No es menor el tema del género, porque rompió con mucho machismo de la época y luchó por igualdad de condiciones y oportunidades”.
El otro elemento que para Pasqualini cobra relevancia es la importancia de la tercera edad. “Hoy en día es todo muy efímero, en un minuto quedaste desactualizado. Y el objetivo un poco era retomar la importancia de los más grandes y llevarlos a ese lugar de sabios, por sus conocimientos y también por sus experiencias”.
Un circuito científico
Luego de estar en cartel en el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires, la obra transita por una etapa de escenarios “científicos”: tuvo varias presentaciones en el Centro Cultural de la Ciencia, en el Polo Científico Tecnológico (este jueves se realiza una nueva función) y estará además en la Academia Nacional de Medicina.
“Lo viví con mucha naturalidad y como consecuencia de la originalidad que se propone incluso desde el título. En realidad el género es un poco un invento, mezcla varios recursos. Y cuando reunís aspectos tan diversos, hay una expectativa para que pase algo que no sea tradicional de una obra de teatro. Por eso sentí que estaba bueno lo que estaba pasando”, concluyó.