“La batalla cotidiana se libra todo el año en el hogar”
Lo dice Juan García, Investigador de la Universidad de La Plata, frente a la explosión poblacional del mosquito Aedes aegypti durante el verano. Por recomendación de los científicos, las campañas públicas de prevención harán mayor eje en el involucramiento ciudadano.
Sebastián Alonso (CTyS-UNLaM) Como todos los años desde que se conocieron en Buenos Aires los primeros casos de dengue y zika, las recomendaciones sanitarias continúan siendo las mismas. Sin embargo, en la búsqueda de frenar la expansión del insecto transmisor de los virus, actualmente las campañas públicas profundizan con mayor énfasis en la comunicación y concientización ciudadana acerca de estas acciones.
Es fundamental no acumular basura, usar mosquiteros, destapar los desagües para desalentar estancamientos y dejar de conservar agua en recipientes como macetas, envases, o diferentes tipos de depósitos. Así lo asegura Juan García, especialista en mosquitos de la Universidad de La Plata (UNLP), en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM, y destaca que “el Aedes aegypti es estrictamente doméstico y llevar adelante estas medidas permiten eliminar al 50% de su población”.
Una nueva medición del Grupo de Estudio del Mosquito (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires detectó un aumento de la presencia del vector en todo el territorio porteño. La llamada “explosión poblacional” se vincula íntegramente con los hábitos humanos y el incremento de la temperatura.
“El proceso se produce siempre a fines de diciembre al acentuarse el calor y se potencia con el movimiento de la gente entre los países más vulnerables que son Bolivia, Brasil y Paraguay”, explica García, investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) que depende de la UNLP y el CONICET.
A fin de año se inicia la gran expansión, con picos en enero, febrero, marzo y mediados de abril. Por tal motivo, las fumigaciones en espacios verdes y vía pública se vuelven poco efectivas ya que la batalla cotidiana se libra en el hogar. Los huevos y las larvas permanecieron en sus criaderos durante toda la temporada y, una vez que se convierten en adultos, la acción ya es tardía, explican los expertos.
El especialista asegura que el esfuerzo por la prevención “hay que hacerlo durante todo el año” y recomienda a las administraciones públicas “asesorar al vecino y, cuando hay casos registrados, actuar directamente para evitar el contacto de los sujetos vulnerables con los virus del dengue, chikungunya y zika”.
En esta nueva interpretación del trabajo de prevención, el Estado propone una planificación basada en la situación epidemiológica, que promociona el descacharreo, la capacitación a promotores que actuarán como multiplicadores de las prácticas aconsejables, y la llamada “sensibilización” barrial, entre otras acciones en el territorio.
Según la web de la Ciudad de Buenos Aires, actualmente se desarrollan actividades comunicacionales apoyadas en el ciclo de reproducción del Aedes aegypti para generar “cambios de hábito, el reordenamiento ambiental y la participación ciudadana en las acciones de control y reducción de riesgos”. Con el mismo fin se entrega de folletería, materiales gráficos, y educativos.
Agentes comunales que ingresan al domicilio junto al dueño del hogar para eliminar los cacharros y ciudadanos que reciben charlas introductorias orientadas a que ellos mismos sean replicadores de sus pares forman parte de las novedosas acciones de prevención que el Gobierno impulsa a nivel comunitario con herramientas al alcance de todos.