Contra el mal del olvido
Representa una de las causas más frecuentes de demencia senil que se visibiliza después de los 60 años, provocando cambios conductuales irreversibles que incrementan el riesgo de muerte con la edad. Desde el CONICET estudian las bases moleculares por las cuales un tratamiento para el colesterol podría prevenir la aparición de la enfermedad.
Agustina Fuertes (Agencia CTyS) – Se dirige al almacén, pero se olvida dónde queda. Debía comprar un medicamento, pero lo recuerda una semana más tarde. ¿Qué pasa? ¿Es posible que olvide todo lo que lo rodea? Hijos, amigos, direcciones, todo parece nuevo y extraño. De pronto, los rostros se distorsionan y aislarse parece ser la mejor opción, pero también el mayor peligro.
La frecuente pérdida de memoria no es la única evidencia de que algo extraño sucede. A nivel orgánico, esta enfermedad neurodegenerativa provoca también fallas de atención, cambios de conducta y depresión constante por causa de la pérdida neuronal paulatina que se da lugar en el sistema nervioso del paciente.
El Doctor Alois Alzheimer, psiquiatra y neurólogo fue quien identificó, por primera vez, los síntomas de este padecimiento y describió cómo, débilmente, comenzaron a aparecer en el individuo enfermo ciertos dolores de cabeza, vértigos e insomnio, síntomas característicos del mal que, luego, llevaría su apellido.
“Los indicadores más frecuentes son los olvidos de cosas cotidianas, como prender una hornalla”, asegura Virginia Borroni, doctora en Bioquímica e investigadora de CONICET que actualmente participa de un estudio dedicado a comprender y optimizar el conocimiento que se tiene sobre los mecanismos que generarían la enfermedad para encontrar nuevas estrategias de prevención y tratamiento.
Con el beneficio de las nuevas tecnologías, descubrieron unas proteínas específicas que, al aumentar sus niveles dentro del organismo, se vuelven tóxicas para las neuronas. Esto, según la especialista, podría estar relacionado con un desbalance en el colesterol, ya que estas mismas proteínas actúan como reguladoras de lípidos en el cerebro.
“Trabajando sobre esta hipótesis, se pudo observar que aquellas personas que se encontraban bajo tratamiento con estatinas, una medicación común para personas que sufren de colesterol elevado, presentaron un menor riesgo de padecer Alzheimer”, argumentó Borroni en diálogo con la Agencia CTyS.
Las causas aún representan un interrogante para la medicina actual, y es por ello que desde CONICET estudian el receptor nicotínico del cerebro, cuya función es muy sensible a los niveles de colesterol, con el objetivo de observar de qué forma se ve afectado por esta droga, y así trabajar con seres humanos propensos a contraer la enfermedad para, en un futuro, suprimir esta vulnerabilidad.
Gimnasia cerebral y contención
El mal de Alzheimer se caracteriza por la pérdida de la memoria reciente, lo cual se debe a que una de las estructuras cerebrales más afectadas por este padecimiento es el hipocampo, que interviene significativamente en los procesos de formación de los recuerdos y el aprendizaje.
Cabe destacar que, teniendo en cuenta estudios previos realizados sobre esta temática, se ha descubierto una relación entre distintas patologías con el mal de Alzheimer, como por ejemplo la diabetes o el síndrome de dawn, ya que en ambos casos se presenta un desorden en el metabolismo que produce daños a nivel neuronal.
Los métodos preventivos se encuentran, por ahora, en terreno desconocido. Sin embargo, “la mayoría de los estudios recomiendan la ejercitación del músculo cerebral para fortalecer al organismo ante la enfermedad”, asegura la especialista en bioquímica.
En esta investigación, la doctora Borroni destaca la llamativa “plasticidad” que presenta el cerebro, debido a que la pérdida celular irreversible se ocasiona mucho antes de presentar síntomas, es decir, “hay un período de latencia que el paciente no percibe el cambio porque su cuerpo sigue funcionando perfectamente”, subraya.
La contención psicológica y psiquiátrica resulta clave tanto para el enfermo como para su entorno. Mientras que, desde el ámbito científico, intentan descifrar las causas para poder prevenir este mal, los especialistas aseguran que la motivación a través de talleres de lectura y acompañamiento terapéutico son de vital importancia para garantizar la calidad de vida del paciente.