IAL-CONICET: desarrollaron cultivo que aumentará la producción de alimentos
Se potenciará la producción del trigo, maíz y soja sin extender la frontera agrícola, al mejorar la eficiencia de dichos cultivos, sobre todo en condiciones de sequía. Este avance podría ser clave para dar respuesta a las proyecciones de aumento de la población mundial en las próximas décadas.
Emanuel Pujol (Agencia CTyS) - El pesimismo de Malthus encontraría una luz de esperanza en los cultivos transgénicos desarrollados por los científicos del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL-CONICET), los cuales permitirán elevar la producción agrícola de la actualidad y acompañar el crecimiento demográfico que se prevé en el futuro.
La investigadora Raquel Chan, a cargo del grupo de investigación que desarrolló este avance para el trigo, maíz y soja, expresó a la Agencia CTyS que “aumentan la productividad en cualquier suelo, pero la diferencia respecto a los cultivos actuales se hace más notoria cuando los terrenos no son de buena calidad o reciben pocas lluvias, o la salinidad, el clima, la temperatura u otras condiciones son desfavorables”.
Por ello, se logrará incrementar la producción sin necesidad de que avance la actual frontera agrícola en Argentina y sería adecuado para el cultivo en lugares del mundo con tierras de inferior calidad.
No existe en el mercado mundial trigo, soja o maíz transgénico que soporten las sequías y aumenten la productividad. De allí la importancia de este desarrollo del IAL-CONICET, que consistió en separar un gen que hace que el girasol pueda tolerar el estrés hídrico y aplicarlo a estas otras plantas. Gracias a la incorporación de este gen -el HaHB4-, las especies transformadas producen más aunque las condiciones del suelo estén lejos de ser óptimas.
Estos cultivos resistentes generan gran expectativa, pero antes de ser aprobados para el consumo deben superar una serie de exigencias regulatorias. “Estimo que en un año o algo más estarán todos los trámites finalizados y se empezarán a producir de forma masiva”, mencionó la doctora Chan.
Una vez que estos alimentos transgénicos superen todos los ensayos de no toxicidad, de valor nutricional, como así también las pruebas ecológicas que demuestren que no dañan el medioambiente y otros exámenes requeridos por las oficinas de salud y ambiente de los diversos países, saldrá al mercado un producto que surgió tras años de investigación por parte del IAL-CONICET.
“Hace muchos años que desarrollamos plantas mejoradas en nuestro laboratorio”, comentó la bióloga molecular y directora del Centro Científico Tecnológico (CCT) del CONICET Santa Fe. Y agregó: “Poseen una característica muy particular, porque si hay sequía producen más, pero, si no hay sequía, también”.
La patente de esta invención pertenece al CONICET y a la Universidad Nacional del Litoral (UNL). No obstante, como los centros científicos no se dedican a comercializar, licenciaron los derechos para la producción de estos cultivos a la empresa argentina Bioceres. En contrapartida, una parte de los ingresos que se obtengan le quedarán al organismo de investigación y a la UNL.
Asimismo, la doctora Chan y su equipo ya están preparando la publicación para dar a conocer los secretos de este desarrollo a la comunidad científica, pero cualquier institución que decidiera aplicarlos, deberá pagarle a la empresa que goza de la licencia y, en consecuencia, a las instituciones que los desarrollaron.
Del pesimismo de Malthus al optimismo de la ciencia
A fines del siglo XVIII, Thomas Malthus aseveró que la producción de alimentos aumentaría lentamente en comparación al crecimiento de la población, lo que provocaría un estado de miseria en el Planeta. El problema planteado por este economista británico, en poco tiempo, podría hacerse presente.
Al respecto, la directora del CCT Santa Fe mencionó que “hoy hay una mala distribución de los alimentos en el mundo, pero tal vez podrían alcanzar para todos; en cambio, aunque lográramos una transformación social y fuésemos más equitativos, algo que sería muy deseable, aun así, en 2050, no serían suficientes”.
En este contexto, los cultivos transgénicos desarrollados por el IAL-CONICET pueden generar un impacto muy importante a escala mundial. Se podría sembrar trigo, maíz y soja en terrenos que hoy son improductivos, aunque la investigadora aclaró que “no es deseo de los científicos que se extienda la frontera agrícola en Argentina, y tampoco sería necesario, porque la ventaja es que se podrá producir mucho más en los campos que ya se emplean con ese fin”.
Asimismo, el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral trabaja en otras líneas de investigación para aumentar la productividad de los cultivos; busca, por ejemplo, mejorar el proceso de fotosíntesis, como así también lograr que soporten las heladas o las inundaciones.