Determinan los principales componentes del agua de lluvia

La recolección de agua de precipitaciones para consumo humano sigue siendo una práctica utilizada por algunos pueblos del interior de Córdoba, debido a la carencia del recurso potable. Por eso, los científicos del único laboratorio de nubes del país analizaron la lluvia de la provincia.

Gaspar Grieco (Agencia CTyS) – Hubo un tiempo en que, en las casas, no faltaba el tanque que, al pie de la caída del techo, recolectaba el agua de lluvia. Así, cuando llovía, la familia disponía de una buena cantidad de recurso limpio, puro y seguro para el consumo. Hoy, en muchos lugares, esta práctica sigue vigente.

En el interior de la provincia de Córdoba y ante la falta de agua potable por red, todavía hay pobladores que suelen recolectar la lluvia para el consumo personal. Por este motivo y para conocer la calidad del aire de la región, los científicos del Laboratorio de  Física de la Atmósfera de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) recolectaron y analizaron las precipitaciones en tres zonas de la ciudad de Córdoba y sus alrededores.

Para el estudio, recogieron casi el 90 por ciento de las lluvias (280 muestras) en las regiones de Ciudad de Córdoba, Argüello y Ciudad Universitaria, entre los años 2009 y 2012.

“El agua de lluvia es limpia, aunque aún no tenemos información sobre compuestos orgánicos que podrían contener los agroquímicos y los pesticidas. Eso no podemos medirlo, aunque disponiendo de la tecnología adecuada se podría conocer su concentración”, aclara a la Agencia CTyS, Eldo Ávila, doctor en Ciencias Físicas e investigador del CONICET.

Con este estudio, los investigadores pueden conocer el estado del aire, a través de los componentes que tiene el agua de lluvia. Según explica Ávila, “en general, la mayoría de los contaminantes del aire se disuelven en el agua, entonces cuando se forman las gotas de nube y, después, pasan a ser gotas de lluvia, los gases contaminantes se disuelven y se precipitan”.

Cuando se producen precipitaciones, normalmente las primeras lluvias son las que presentan la mayor concentración de contaminantes, porque son ellas las que recolectan el aire más sucio. Por eso, los científicos analizaron cada lluvia tomando los primeros 4 milímetros por separado del resto.

Si bien, se recolectaron muestras de tres sitios diferentes y distantes de Córdoba, Ávila indicó que la lluvia es similar en toda la provincia. No obstante, distinguió dos formas de recolectar las muestras, según el tipo de lluvia: “La región que involucra una tormenta típica de verano local es de alrededor de 50 kilómetros, entonces se hace un mezclado en toda esa región”. En cambio, para “un frente frío, como por ejemplo, una sudestada, se involucran áreas de cientos de kilómetros”, sostiene. 

Fabricantes de nubes
    
El Laboratorio de Física de la Atmósfera de la UNC es el único centro de investigación del país y uno de los pocos en el mundo, en donde los científicos fabrican nubes a pequeña escala. “Las nubes juegan un papel muy importante en el cambio climático, porque son las que regulan la cantidad de radiación solar que efectivamente ingresa al planeta”, afirma Ávila.

Existen diferentes tipos de nubes con características propias y roles diversos en el estado climático. Por ejemplo, las nubes más bajas tienen enfrían el planeta, mientras que las que se encuentran a más de 10 kilómetros y son invisibles, se dedican a calentarlo.

“Una de las cosas que se observan es que hay influencia en el clima de una región por las grandes quemas de bosques, por ejemplo, las del Amazonas, donde cambia el régimen de lluvias y, como consecuencia, llueve menos”, advierte el investigador.

Pese a la intervención humana negativa en el clima, Ávila se muestra esperanzado frente a la potencialidad del manejo de las nubes. “Creo que se podrían producir nubes a gran escala para enfriar al planeta, aunque el costo energético sería tremendo”, vaticina.