Una iniciativa que apunta al libre acceso del conocimiento científico
Luego de obtener media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación, el proyecto de ley que compromete a las instituciones a crear repositorios digitales de acceso abierto está más cerca de convertirse en un hecho. Para comprender sus alcances, la Agencia CTyS dialogó con las autoridades que se encargarán de implementarla.
Nahuel Garelli (Agencia CTyS) - El desarrollo de las nuevas tecnologías permite transmitir e intercambiar información con mayor fluidez y rapidez. Para aprovechar los beneficios que otorgan estas herramientas, se propuso la creación de una base de datos abierta que contenga todos los trabajos académicos que se realizan con fondos del Estado, con el objetivo de promover la difusión de la actividad científica en el país.
El Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva será la entidad encargada de gestionar, articular y difundir los repositorios digitales, así como también brindar la asistencia técnica a las instituciones que integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).
“La existencia de los repositorios de acceso abierto permitirá que cualquier persona pueda acceder directamente a la información científica y tecnológica del país, ya que se financia con el pago de sus impuestos, a través de una búsqueda sincronizada”, explica a la Agencia CTyS el secretario de Articulación Científico Tecnológica del Ministerio, Alejandro Ceccatto.
En este sentido, el director del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT), Jorge Atrio, señala: “No se busca un repositorio unificado donde haya un solo servidor que contenga toda la información junta, sino que se busca trabajar en red. Por eso, la ley promueve que cada instituto y universidad desarrollen sus propias bases de datos”.
Por otro lado, el proyecto busca solucionar un problema recurrente en el mundo científico. “El estado debe pagar varias veces por la misma información”, resalta Atrio. Además de financiar la investigación y pagarle a las revistas por su publicación, muchas veces, las mismas instituciones tienen que subscribirse para acceder a ellas”, explica.
Dentro de los repositorios se incluirán las investigaciones, los datos primarios, libros, metadatos, tesis académicas, artículos y demás producciones que sean resultado de la actividad científica. Los investigadores tendrán un plazo de 6 meses para depositar una copia de su producción científico-tecnológica desde la fecha de su publicación o aprobación. En el caso de los datos primarios, tendrán que estar disponibles para el acceso público en un plazo de 5 años a partir del momento de su recolección.
Asimismo, los científicos mantendrán el derecho moral sobre la propiedad intelectual de sus descubrimientos. El patentamiento de los inventos continuará con el mismo sistema, ya que al publicarlo en un repositorio institucional, al igual que en una revista, se elimina toda posibilidad de solicitar una patente.
En tanto, los derechos económicos continuarán en manos de las instituciones públicas que financian sus investigaciones. Para los organismos que no cumplan con lo establecido por la ley, el Artículo 8 determina que no obtendrán ayuda financiera pública para llevar a cabo sus investigaciones.
Interoperabilidad de datos
Para poder desarrollar una correcta comunicación e intercambio entre las instituciones, profesionales y particulares que deseen consultar el repositorio, los centros de investigación deberán cargar la información en determinados lenguajes de software que permitan la compatibilidad y la interoperabilidad de datos.
“El Ministerio ya se encuentra trabajando con universidades y organismos de ciencia y tecnología a través del Sistema Nacional de Repositorios Digitales, estandarizando los criterios que permitan su articulación. Incluso, se está pensando en crear un portal unificador para ingresar a cualquier repositorio institucional”, comenta Ceccatto.
Desde hace varios años, el Ministerio y el CONICET trabajan en la conformación de la base de datos CVar, que tiene por objetivo recolectar, transferir y actualizar la información académica de todos los científicos del país. Estos contenidos estarán vinculados con los repositorios institucionales para proporcionar información no sólo de las investigaciones, sino también de los científicos que participaron de ellas.
Revistas Científicas y Propiedad Industrial
Según la normativa, las investigaciones tienen un período de embargo de 6 meses antes de su publicación en los repositorios. Esto permite a los científicos publicar sus trabajos en revistas de ciencia y, de esta manera, mantener el prestigio que le dan esas publicaciones.
De todos modos, el director del CAICYT aclara que la ley no pretende entrar en colisión con las revistas. “Muchas veces, el sistema editorial de las principales disciplinas es extranjero y no se puede manejar desde un nivel interno. Por lo tanto, ser muy estricto con el embargo puede implicar un aislamiento de la producción científica nacional o regional”.
Por otra parte, cuando un investigador publica en una revista internacional se realizan diferentes evaluaciones para determinar el rigor científico del paper. Sin embargo, para Jorge Atrio esto no producirá una devaluación en la calidad de los trabajos que no se publiquen en las revistas.
“El CONICET tiene un sistema de evaluación muy estricto que se organiza en comisiones por disciplina, las cuales se encarga de analizar íntegramente el proceso de investigación Este sistema garantiza que lo publicado en los repositorios tenga calidad científica”, asegura Atrio.
Ciencia sin fronteras
A su vez, el Ministerio se encuentra trabajando en la creación de la Red Federada Latinoamericana de Repositorios Institucionales de Documentación Científica (LAReferencia), que integre las investigaciones realizadas en Brasil, Chile, Uruguay, Argentina, Colombia, Ecuador, Venezuela y México, para promover el intercambio científico entre los países de América Latina.
En este sentido, el subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Sergio Matheos, viajó a Bogotá para debatir los alcances del proyecto de desarrollo e implementación de un plan piloto para la conformación de la plataforma.
“La administración de este repositorio es algo que todavía tiene que acordarse, pero estamos planeando una reunión en Buenos Aires para firmar los acuerdos finales”, adelanta Ceccatto. El proyecto está subsidiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y por la Red de Cooperación Latino Americana de Redes Avanzadas (RedCLARA).
La nueva iniciativa se suma a SciELO (Biblioteca Científica Electrónica Online, por sus siglas en inglés), un sistema regional de acceso libre que sólo incluye a las investigaciones publicadas en revistas, al que están adheridos casi todos los países latinoamericanos, además de España, Portugal y algunas naciones de África.
Repositorios universitarios
Entre las universidades que ya trabajan en el desarrollo de repositorios digitales, se encuentra la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), que desde principios de 2011 publica proyectos de investigación y tesis de Maestrías y Doctorados en una base de datos.
“La Investigación es un proceso colaborativo, donde los investigadores alcanzan nuevos conocimientos a través de los aportes realizados por la comunidad científica. Así, se evita un proceso de acumulación, concentración y ocultamiento de datos e información”, sostiene la Secretaria de Investigación de la UNLaM, Ana Bidiña.
De esta manera, el repositorio almacena y ordena información científica de diferentes especialidades. “Esto facilitará que los científicos transformen la información encontrada en nuevos conocimientos que efectivicen nuevas y mejores transferencias“, concluye Bidiña.