Estudian a los ancestros de los cocodrilos y las aves

Una investigadora de la Universidad de San Luis analizó la anatomía de los proterochámpsidos, un grupo de reptiles de hace 230 millones de años, a partir de restos de las cuencas triásicas argentinas y logró conocer un poco más sobre la descendencia de estos animales tan curiosos.

Leandro Lacoa (Agencia CTyS)- No eran tan impresionantes como los dinosaurios, no tenían cabezas del tamaño de automóviles con grandes dientes y no se destacaban por su ferocidad. Los proterochámpsidos fueron unos pequeños animales que habitaron el actual territorio sudamericano hace más de 200 millones de años, en la era geológica denominada Triásico.

Aunque de ellos no se cuenten proezas cinematográficas, este linaje es el antecesor de los cocodrilos y las aves modernas y, hasta hace pocos años, no se tenían precisiones respecto a su evolución, porque eran una forma de vida perdida entre las especies del Triásico Medio (230 millones de años) y la irrupción de los grandes reptiles del Jurásico (150 millones de años).

“Su aspecto era parecido a los cocodrilos más pequeños, ya que se estima que los más grandes midieron 4 metros de largo y tenían un cráneo de 50 centímetros, pero algunos que se encontraron tenían el tamaño de un gato”, destacó Andrea Arcucci, paleontóloga de la Universidad Nacional de San Luis.

La investigadora estudió esta especie por más de diez años en uno de los pocos lugares del mundo donde se pueden encontrar especies del triásico, la cuenca fosilífera de 200 kilómetros cuadrado que incluye a las provincias de San Juan y La Rioja, un área compartida por el Parque Nacional Talampaya y el Parque Provincial Ischigualastu.

En diálogo con Agencia CTyS, Arcucci afirmó que “el objetivo del trabajo era revisar la composición y las relaciones entre los miembros de este grupo y otros reptiles. Luego del estudio realizado se concluyó que este grupo incluye cinco géneros y seis especies diferentes”.

Pese a conocerse desde hace muchas décadas, los fósiles de los proterochámpsidos nunca fueron comparados con otras especies de reptiles que vivieron en la misma época o períodos posteriores, por lo tanto, la investigación de la científica ilumina un poco más la historia de estos reptiles, que sólo habitaron el territorio que hoy ocupan Brasil y Argentina.

Primer paso en la oscuridad

Esta especie es endémica en las Formaciones Chañares e Ischigualasto (Cuenca Bermejo, San Juan y La Rioja) y en la Formación Santa María (Cuenca de Paraná, Rio Grande do Sul, Brasil), es decir, en esos lugares aparecen muchas rocas con restos en buenas condiciones para el análisis.
 
El problema evolutivo que planteaba este grupo es que no se tenían registros fosilíferos de sus antecesores y tampoco se sabía quiénes habían sido sus descendientes, sólo se conocía el lugar que habían habitado y la era geológica a la que pertenecían, sin embargo, parecía que desaparecían sin pena ni gloria en la cadena evolutiva de los reptiles.

Por este motivo, la investigadora de la UNSL realizó un trabajo de campo en las provincias argentinas donde se encontró el mayor número de proterochámpsidos, pero también tuvo la posibilidad de acceder a fósiles de reptiles del Triásico pertenecientes a museos de Brasil, Estados Unidos y Sudáfrica.

Armar un rompecabezas de huesos

“Con el análisis comparativo de fósiles se determinó que los protechampsidos tenían ancestros en Brasil y Sudáfrica y descendientes en Norteamérica, por lo tanto pensamos que las primeras especies llegaron desde Sudáfrica y luego con la evolución se diseminaron hacia el resto del continente”, explicó Arcucci.

Hace más de 200 millones de años el continente africano y el americano estaban unidos, porque no existía el océano Atlántico, sólo había una formación montañosa que recorría la actual costa de Brasil y el oeste de Sudáfrica.

Finalmente, estos animales no estaban aislados en la evolución y su aspecto se mantuvo hasta los actuales cocodrilos, pero también una rama de la familia está emparentada con las aves. En el agua o en el aire, muchas especies heredaron la anatomía de los proterochámpsidos.

La explosión evolutiva del triásico

Argentina es uno de los países del mundo que tiene mayor cantidad de fósiles con más de 200 millones de años de antigüedad, lo que permite a los paleontólogos investigar el pasado más lejano de varias especies actuales de reptiles, anfibios, aves y mamíferos.

“El Triásico fue muy importante para la evolución de los tetrápodos, que es un grupo de animales vertebrados terrestres que poseen dos pares de extremidades” indicó la paleontóloga, quien se refirió a esta era geológica como “la época en la que aparecen la mayoría de los grupos de reptiles actuales como las tortugas, los cocodrilos y los lagartos”.

No serán los enormes dinosaurios de las películas de Hollywood, pero los protechámpsidos y otros reptiles ancestrales nos enseñan un poco más sobre el desconocido pasado de las especies que hoy habitan el mundo.