“Los nanomateriales reemplazan costosos equipos de laboratorio”
El presidente de la Fundación Argentina de Nanotecnología, investigador y profesor de la Universidad Nacional de La Matanza dialogó con la Agencia CTyS sobre la situación actual de la nanotecnología y el aumento de la producción científica a nivel país.
Botellas de gaseosas, paragolpes de autos y hasta el plástico utilizado para envolver los quesos que se exhiben en las góndolas de los supermercados, pueden volverse más resistentes y duraderos si sus propiedades son combinadas con nanomateriales. Para explicar el avance de esta técnica y su desarrollo en el país, la Agencia CTyS presenta un diálogo exclusivo con Daniel Lupi, uno de sus referentes más reconocidos.
Para comenzar la charla sería adecuado contar con una definición. ¿Qué es la nanotecnología?
Hay una definición puramente técnica: cuando uno habla de nanotecnología se refiere a 1*10 -9 de metros, lo que sería, dimensionalmente, 1 milímetro dividido 1 millón, entonces, si hablamos de una millonésima parte de un milímetro, estaríamos refiriéndonos a nanometros. Aquellos que manipulen ese tipo de productos, estarían haciendo nanotecnología y quienes hagan investigación básica sobre eso, estarían haciendo nanociencia.
¿Y cómo podría definirse en la práctica?
La nanotecnología es el trabajar con la materia en el orden de algunas de las moléculas existentes aprovechando sus propiedades particulares en un determinado tamaño. Si uno trabaja con dimensiones nanométricas, los materiales empiezan a tener propiedades diferentes a las que conocemos en sí mismos; como por ejemplo el oro, la plata, el platino, que tienen propiedades diferentes a cierto tamaño.
¿Qué se puede hacer?
Con la nanotecnología se pude hacer todo y no se puede hacer nada. La nanotecnología puede utilizar las propiedades de la materia bajo condiciones particulares. Un ejemplo claro es la arcilla, que de por sí absorbe olores, agua, y humedad; pero mejora sus propiedades cuando es fraccionada. Llega un momento en que se la deja en laminitas de 1 o 2 nanometros de espesor y se torna invisible, entonces, si la pongo en el plástico de una botella de pet, no se ve y sin embargo el oxígeno no puede pasar, por lo tanto la presión de la botella dura mucho más. Entonces, la botella con gaseosa, en lugar de durar menos de 6 meses, puede llegar a durar un año.
Se sabe que otro de los aportes de la nanotecnología es la resistencia de los productos.
Sí, los nanocompuestos son materiales con mayor dureza, más permeabilidad y con una mayor absorción. Por ejemplo, si al paragolpe de un auto se lo quiere hacer más resistente, con los materiales convencionales pesa un 30 por ciento más; en cambio, agregándole nanocompuestos se haría más resistente y sólo pesaría un 6 por ciento más.
Entonces, se empieza a afectar el consumo energético porque se empiezan a fabricar autos más livianos hechos con nanotecnología, utilizando la arcilla que, en el país, hay mucha y de muy buena calidad.
¿Desde el Estado nacional se apuesta fuerte a la nanotecnología?
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva priorizó, entre otros desarrollos, a la nanotecnología, la cual dio un fuerte impulso a la ciencia básica en estos temas ofreciendo proyectos y equipamiento para laboratorios. También otorgó fondos para proyectos academia-industria, es decir, para que no sólo la ciencia sino también la industria se acerque a los investigadores. Para lograrlo invirtió 20 millones de dólares en 12 proyectos de distinta envergadura, pero con la única salvedad de que se presente en consorcio entre científicos e industriales.
¿Cuáles fueron las líneas elegidas para otorgar el financiamiento?
Se eligieron líneas prioritarias que tienen que ver con nanomateriales, particularmente nanoarcillas, cuyas aplicaciones tienen un impacto muy grande para la sociedad.
También incluimos metales nanoestructurados y magnéticos porque nuestro país tiene una gran tradición en la industria mecánica, entonces se vinculó el tradicional metal mecánico argentino con los nuevos desarrollos de materiales nanotecnológicos que los hacen más fuertes, más resistentes y con mejores propiedades.
Otra de las líneas principales son los nanoencapsulados de uso médico. Se buscó aprovechar un área de gran impacto para la sociedad y uno de los temas en los que más promete la nanotecnología es en poder encapsular principios activos (fármacos) y dirigirlos a tumores, a zonas inflamadas o al corazón de alguna enfermedad con menos efectos “colaterales”.
Y la última línea es la que se denomina de los mems (microsistemas), que permiten reducir al máximo y aprovechar las propiedades de los nanomateriales para aumentar su sensibilidad, con lo cual la tendencia es reducir los grandes equipos de análisis médicos, químicos o atmosféricos para poder trasladarlos al lugar del hecho.
¿Entonces los productos fabricados desde la nanotecnología tienen el beneficio de ser más transportables y económicos?
Sí, porque están reemplazando costosos equipos de laboratorio. En otros casos, el beneficio está aplicado a la ventaja de poder llevar el análisis a donde uno tiene el problema. Por ejemplo, cuando ocurre un accidente la ambulancia lleva al paciente adonde le hacen los análisis, no es lo mismo si uno puede trasladarlos y hacer los análisis en el momento mismo del accidente, uno tendría mucha información adicional que le permitiría tomar decisiones a los médicos sobre la necesidad de trasladarlo, hacia dónde y con qué cuidado.
¿La nanotecnología avanzó desde la creación de la FAN?
La Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) cumple un rol que no cumplen las otras instituciones vinculadas. Lo que está tratando de hacer son dos cosas: Primero, llevar a la sociedad el conocimiento de nanotecnología, la estrategia de difusión como el Nanomercosur o el proyecto Nanotecnólogos por un día.
Otro punto es que toda tecnología requiere cumplir una cantidad de pasos para que llegue a la sociedad. Entonces, la FAN invierte para ayudar a que del proyecto llevado adelante por el científico se desarrolle un producto y ese producto se pueda ofrecer a capitales locales o a empresarios.
¿Cuántos proyectos hoy financia la FAN?
Desde la FAN estamos apuntando a 20 proyectos, a los cuales se los apoya con un monto de 20 mil dólares. Nosotros le ponemos un asesor al investigador que le va resolviendo los problemas para sacarlo al mercado, lo ayuda a plantear un plan de negocios y a buscar inversores.
¿La crisis financiera mundial de 2009 favoreció el incremento de la nanotecnología en el país?
Nos favoreció en el sentido en que nos dio tiempo para que sigamos creciendo y alcanzar lo que se está haciendo en otros países. Desde el 2008, los capitalistas de riesgo de los EEUU y Europa se han retraído, porque podía ser que el proyecto sea atractivo pero con un gran riesgo para los mercados globales. Entonces, se retrajeron y empezaron a apostar a cosas menos riesgosas pero que den plata más a corto plazo. Eso desinvirtió los proyectos de nanotecnología en esos países y es lo que nos da más ventaja y más tiempo.
¿Cómo respondería a la crítica que postula que con el uso de la nanotecnología se pueden fabricar armas de destrucción masiva?
Siempre una industria dinámica puede tener una aplicación militar, no es el caso de lo que se puede hacer en Argentina, no hay un foco en la defensa tan grande desde hace muchos años. Desde el punto de vista de la nanotecnología, en realidad, no hay hechos reales y concretos que demuestren que la nanotecnología genere armas especiales. En realidad hay pocos elementos que gracias a la nanotecnología se puedan considerar mejores desde el punto de vista armamentístico. Además, no hay registros de algún nanocompuesto que sea muy específico para arma.
Entrevista realizada por Gaspar Grieco.