Detectan la presencia de cadmio en filtros de cigarrillos
Luego de analizar distintos tipos de colillas de cigarrillos, un estudio de la Universidad Nacional de San Luis develó que en todas se manifestaba la presencia de cadmio, un tóxico perjudicial para el ambiente y para la salud.
Existen múltiples investigaciones científicas sobre el tabaquismo que generalmente están vinculadas a los efectos que el acto de fumar produce en la salud. Sin embargo, a pesar de que los residuos que generan los cigarrillos representan casi un 40% de la basura mundial, es decir, alrededor de 4 trillones de toneladas por año, estos no han sido objeto de muchos estudios científicos.
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) tomó el desafío de indagar este campo aún no explorado y, luego de analizar diez marcas distintas de colillas de cigarrillos tanto fumadas como no, determinó que en todas ellas había cadmio.
“El cadmio está clasificado como un cancerígeno del grupo I por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer ya que puede producir lesiones a nivel renal, hepático, óseo y reproductivo”, explica María Carolina Talio, Bioquímica del Instituto de Química de San Luis, dependiente de la UNSL.
Estos daños a la salud pueden producirse aún en aquellos que no son fumadores. El peligro se concentra en los residuos generados por las personas que fuman y arrojan los filtros a la vía pública. “Cuando se arroja una colilla de cigarrillo a la calle, el agua la conduce a través de la lluvia hacia las distintas fuentes de agua, entonces, es ahí donde empiezan a liberar todos los tóxicos concentrados. Con esto, contamina no sólo al medio ambiente sino que también afecta la salud”, advierte Talio.
Los investigadores, al comienzo, no esperaban encontrar cadmio en las colillas de cigarrillos sin fumar, aunque luego de las pruebas determinaron la presencia del tóxico en ellos. “Esto, creemos, que es por el tratamiento que se les hace. A los filtros se les agrega un montón de aditivos con el objetivo de aumentar la superficie de contacto y retener mayor número de tóxicos. Hemos analizado diez marcas distintas y en todas encontramos distintos grados de concentración”, explicó la bioquímica.
Es importante señalar que, en cuanto a la metodología empleada en este estudio, los científicos implementaron instrumentos de bajo costo que priorizan el cuidado del medio ambiente. “Los métodos convencionales de análisis de metales son muy caros, como las espectroscopías atómicas. En nuestro estudio, las determinaciones fueron realizadas mediante fluorescencia molecular, que es de relativo bajo costo, comparada con la que se usa normalmente, y no contamina el medio porque no usa solventes orgánicos. Además, es un instrumento que puede estar en cualquier laboratorio de rutina”, destaca la investigadora.
Para el equipo de científicos, la educación y la divulgación de sus trabajos en torno al tema es fundamental para construir conciencia: “Desde el año 2009, tenemos un proyecto de extensión en el que vamos a las escuelas secundarias y les contamos los resultados que hemos tenido en las investigaciones”, explica Talio con entusiasmo.