Un plan agroalimentario que garantiza el futuro del campo
Argentina producirá más de 160 millones de toneladas de cereales y oleaginosas para el consumo de 650 millones de habitantes en el mundo para 2020. El INTA, el SENASA y las universidades nacionales asesorarán técnicamente a los productores agropecuarios.
“La ciencia, la tecnología y la industrialización son la clave del desarrollo de la Argentina junto a los cuerpos técnicos del Estado como el SENASA y el INTA que son grandes colaboradores del sector”, manifestó la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, en la presentación de los primeros resultados del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo Federal (PEA 2010-2020).
En el acto que se realizó en Tecnópolis estuvieron presentes todos los actores del sector agropecuario y se hizo énfasis en la necesidad de promover la investigación y el desarrollo para agregar valor a la cadena productiva.
Según un informe del INTA, la producción de granos pasará de las actuales 100 millones de toneladas a casi 130 millones en 2016 y a 157 millones para 2020. Estos objetivos productivos en las principales cadenas se lograrán en la medida en que se incorporen nuevas tecnologías.
En diálogo con la Agencia CTyS, el vicepresidente del INTA, Luis Basterra manifestó que el PEA es “un plan estratégico, participativo y federal en su concepción porque involucra a todos los integrantes de la cadena, desde los productores hasta los que hacen la transformación de la materia prima con el aporte de la investigación tecnológica”.
Las estimaciones de los especialistas destacan un incremento de la superficie sembrada para la próxima década que alcanzará las 41,9 millones de hectáreas, mientras que las cosechadas ascenderán a las 38,4 millones de hectáreas.
En cuanto a la producción de carne, desde el INTA aseguran que aumentará un 50% para 2016 y las proyecciones afirman un incremento del consumo interno total de 12% hasta alcanzar los 112,7 kilos por habitante por año. Por otro lado, la productividad del sector lechero ascenderá un 29% para 2020.
El Plan no se remite solo a estimar el futuro agropecuario, sino que identifica los problemas de 26 complejos productivos de diferentes dimensiones en todo el país para brindar una solución a la competitividad, la sustentabilidad ambiental y la equidad social.
Por eso, uno de los objetivos es controlar el monocultivo de soja para beneficiar otros productos, sobre todo a nivel regional.
“Durante esta década se buscará un justo equilibrio entre la rentabilidad del cultivo, el medio ambiente y la equidad socioeconómica. Por más que un monocultivo como la soja genere rentabilidad, el Estado va a definir políticas para equilibrar la balanza respecto a otros productos”, indicó Basterra.
Con todas las voces
El PEA 2016-2020 se creó en mayo de 2010 con el objetivo de generar las condiciones para un mejor futuro agroalimentario y agroindustrial, con el aporte de todos los actores productivos. Se trata de un proyecto nacional para orientar recursos al sector durante la próxima década.
De su elaboración participaron más de 100 profesionales de INTA, el SENASA, 40 universidades nacionales, las cámaras empresarias, los gobiernos provinciales y las organizaciones rurales y sociales.